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CRITICA
Por: PACO CASADO
Para el director francés François Truffaut el cine es algo muy importante, ya que es su vida, y para él todos aquellos que van a ver una película a un cine son sus amigos.
Y a sus amigos él les contó parte de su vida en 'Los 400 golpes' (1959) y ahora continua contándosela en 'Besos robados' (1968), a través del personaje de Antoine Doinel.
Tras ser licenciado del ejército de manera prematura por insubordinación, se dedica a buscar el amor en su reencuentro con su antigua novia Christine y de encontrar trabajo como vigilante nocturno en un hotel o de detective privado, mientras trata de encontrar su lugar en el mundo.
'Besos robados' (1968) es una cinta deliciosa, espléndida, simpática, ligera y magistral, todo un lujo que tan sólo puede permitirse un director de la maestría de François Truffaut un realizador más que consagrado, un artista sincero y humano como es el francés.
Sin apenas argumento, simplemente contando anécdotas livianas, esas mil y una anécdotas cotidianas de las muchas que componían su vida, las grandes intimidades como lo hacía Honoré de Balzac o Roberto Rossellini, Truffaut construyó una comedia humana de entrañable intimidad, un fresco sincero y rico, en una especie de documental de un joven nacido en París, como tanto muchos de la gran ciudad de la luz.
Volvemos a reencontrarnos aquí de nuevo con Antoine Duhamel, el niño de 'Los 400 golpes' (1959), convertido ahora ya en un muchacho, pero con su misma personalidad, su debilidad, su ingenio constante y sus recursos para salir del paso de cualquier situación, su inestabilidad social y su agudo sentido inmediato de la vida.
'Besos robados' (1968) no se limita solamente a un personaje central, sino que construye toda una historia a su alrededor con todo un mundo personal en el que figuran los amigos, los amoríos, los jefes y los conocidos del protagonista.
Utilizando la fabulosa vivencia del joven actor Jean-Pierre Leaud, en su habitual papel, el director nos transmite sin un verdadero esfuerzo, algunas de las verdaderas sensaciones, junto con los pequeños detalles que quiere poner en su divertida historia.
Estamos ante un film completo que es como un respiro en la obra de François Truffaut realizado tras 'La novia vestía de negro' (1968).
Película sencilla que, no obstante, necesita que el espectador se conecte con el mundo expresivo de su autor y sintonice con su simple y sencillo mensaje.
En definitiva, el resultado es un film inolvidable, con la sinceridad de 'Los 400 golpes' (1959) y la finura de realización de 'Jules et Jim' (1962).
Entre otras virtudes posee un estupendo uso de la música de Antoine Duhamel y excelentes momentos de vodevil con escenas de humor.
Nominado al Oscar a la mejor cinta en habla no inglesa. Premio al mejor director y a la mejor actriz de reparto Delphine Seyrig de la Sociedad nacional de los críticos norteamericanos. Premio NBR a las mejores películas extranjeras. Premio del Sindicato francés de críticos de cine. Premio Luis Delluc. Nominado al Globo de oro como mejor film extranjero.
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