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CRITICA
Por: PACO CASADO
El buen guionista y por lo demostrado en 'Familia' (1996), también director, Fernando León, nos ofrecía en aquella, su ópera prima, una fantasía en la que un hombre solitario contrataba una compañía de teatro para que hiciera de su familia con la que celebrar su cumpleaños.
En su segundo film, 'Barrio' (1998), se deja de fantasías y se atiene a la realidad más cotidiana de una barriada marginal de cualquier ciudad española, en la que habitan sus tres jóvenes adolescentes de 14 años que durante el verano tratan de llenar sus vidas con sueños que no se cumplirán nunca y con deseos de mejorar sus tristes existencias, inmersas en familias rotas, padres separados, drogas, robos, prostitución e indigencia marginal por doquier.
Es lo que viven todos los días.
Sueñan con ver el mar, veranear en playas maravillosas pero tal vez nunca salgan del barrio o en el peor de los casos para ir a la cárcel o al cementerio víctima de un disparo equivocado o injusto.
Fernando León de Aranoa no ha sido tremendista, ha tratado de reflejar la realidad de la manera más natural y neorrealista posible, recreando ambientes y personajes de verdad, que sin darse cuenta están dejando atrás la inocencia y descubriendo la vida que les espera, mientras juegan a repartirse los coches que pasan bajo sus pies en un puente de la M-30.
Muchos de ellos son víctimas de las carencias morales, de afectos familiares mientras encuentran refugio en la amistad de los colegas que es lo más importante para ellos y por los que, a veces dan la vida.
Fernando León de Aranoa, que sabe construir buenos diálogos, capta cómo se expresan sus protagonistas, pone conversaciones infantiles en sus labios, como lo que son, niños mayores.
Y poco a poco nos va descubriendo la verdad que hay detrás de la familia de cada uno de ellos. La realización no es fácil, llevada a cabo a manera de puzzle que engarza las tres historias, más las de los personajes que les rodean, y enganchar el interés del espectador tampoco.
Los tres chicos representan bien sus papeles, estupendamente respaldados por los veteranos que les acompañan en el reparto.
Si bien no es una obra perfecta, no cabe duda que es un cine interesante que cubre un hueco en el panorama de nuestra cinematografía, muchas veces falta del realismo que ha sabido aportar Fernando León con esta cinta, que se ha visto premiada con la Concha de plata a la mejor dirección en el pasado Festival de cine de San Sebastián. Tres Goyas: Dirección, Guion y actriz revelación (Marieta Orozco).
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