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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el cine de terror está sucediendo como en los westerns realizados en estos lares hace unos años, que todo el mundo quiere ahora hacer películas de terror.
Y en este sentido las cintas fallan como siempre por los mismos puntos.
Desde unos guiones endebles, mal construidos, hasta las flojas direcciones que reciben de los mediocres artesanos que apenas tienen aprendido su oficio de una forma mecánica, sin inteligencia ni nada.
León Klimovsky, el argentino afincado en España hace ya muchs años, era un mal director de guiones lacrimógenes hace unos años, intentó hacer cine del Oeste y tampoco funcionó en este campo y ahora se ha metido con el terror y los resultados son tan nefastos como en los géneros antes mencionados.
Lo creemos un irresponsable que se cree que lo sabe todo y no logra nada a derechas.
Pero toda la culpa a tiene él en esta ocasión, ya que el guionista lleva también un buen porcentaje de culpabilidad al crear un argumento tan desigual, tan poco consistente, tan risible en ocasiones, tan macabro y rebuscado en otros momentos en el que juega con serios elementos de terror, pero que nadie se los puede tomar más que a broma.
Los fallos son ostensibles y de bulto, como ocurre en la realización y al ginal parece no saber como rematarlo y termina cargándose a todos los personajes, sin importarle motivaciones ni justificación convincente.
Con este material naufragan actores, músicos, y todo el resto del equipo, logrando una película horrible con la que se demuestra cómo se hace horror a la española.
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