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CRITICA
Por: PACO CASADO
El largometraje llamado propiamente de aventuras, no encasillable en un género como puede ser el policiaco o el western, por ejemplo, parece que se está perdiendo en los últimos tiempos, posiblemente debido a esa tendencia al encasillamiento apuntado.
En este sentido a Ken Annakin se le puede considerar como un especialista dentro de los directores del cine de aventuras. Su filmografía está plagada de ejemplos típicos, pero por citar alguno mencionaríamos "Los robinsones de los mares del sur", cinta realizada para la factoría Walt Disney y que se podría considerar modélica al mismo tiempo que un ejemplar cine para niños.
Quizás por ello haya tenido parte de acierto el elegir a Annakin como realizador de esta película en la que la aventura es el eje central de la misma, aventura que lleva a cabo un perro como principal protagonista, por lo que en este caso tendríamos que decir el hombre, amigo del perro, ya que es él y desde su punto de vista el que narra la historia.
Su argumento está plagado de momentos de interés que elevan el tono general de la cinta y despiertan la curiosidad del espectador.
Annakin se ha preocupado de la espectacularidad de esos momentos, pero posibilemente no haya podido evitar algunos hechos en el guion en cuanto al continuado interés del relato, lo que hace bajar la estimación.
Buena partitura musical de Carlo Rustichelli que apoya bien algunos instantes de la aventura y notable fotografía en color de John Cabrera que luce bien en la gran pantalla.
En cuanto a la interpretación podemos decir que es correcta en general.
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