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CRITICA
Por: PACO CASADO
'Amanece' (2023) acaba de ser presentada, semanas atrás, en el Festival Internacional de cine de San Sebastián donde ha luchado por conseguir el máximo galardón del certamen donostiarra y ahora llega a las salas de cines españolas en donde nos propone una visión de las complejas relaciones familiares y sentimentales de tres mujeres una madre y sus dos hijas en el marco del paisaje de Almería.
Alba y Marín emprenden un viaje desde Madrid hacia el sureste español y llegan a un paraje solitario de la provincia almeriense.
Hacen una parada en mitad de la nada, en cuya explanada hay una colección de muebles viejos y de objetos de segunda mano que están a la venta, a la vista de los cuales Alba percibe la nostalgia y el sentimiento de un tiempo pasado.
Alba, tras una charla con Aldo, el dueño, le compra una guitarra a bajo precio.
La relación entre Alba y Marín, se rompe, él se marcha y Alba regresa a su pueblo natal tras la ruptura sentimental, donde aún viven su madre y su hermana.
En su encuentro con su hermana Candela, ambas cerrarán las diferencias y heridas de la infancia y acompañarán a Aurora, su madre, que está enferma, en los últimos días de su existencia.
La película está dividida en tres tramos encabezados en pantalla con los nombres de cada una de las protagonistas de esta sentimental historia, Alba, Candela y Aurora, por ese orden.
En cada uno de ellos el nombre que figura es la protagonista y así nos enteramos, en la primera de su huida a Madrid tras enfrentarse con su madre y de la ruptura de Alba con Marín.
En la segunda la relación que mantiene la risueña Candela con otra mujer, mientras que en la tercera sabemos cómo en realidad Aurora se había portado de una manera dura para con sus hijas para que éstas estudiaran, en su deseo de que lograran llegar a ser alguien en la vida, porque como dice uno de sus personajes "la obra está acabada cuando se agota la curiosidad" y ese es el fin de la madre, y debido a ello la relación con sus hija no ha sido la mejor durante años.
Candela va a casa de la madre que le cuenta cosas de su infancia, mientras que Alba está decidida a quedarse en el pueblo, al menos hasta el fallecimiento de su madre.
La dirección corre a cargo del realizador almeriense Juan Francisco Viruega, tras hacer casi media docena de cortos, que como se ve ha tirado para su tierra en este su primer largometraje para contarnos esta historia intimista del drama de las tres mujeres en torno a las relaciones madre e hijas.
A lo largo del metraje le da su sitio al paisaje almeriense, un tanto inhóspito en algunos pasajes, en el que destaca el viento y la luz del mismo, con algunas figuras que tienen un significado dentro del argumento que, no obstante, no transmite demasiado en el lento caminar de la narración.
La interpretación es adecuada en cada una de las tres actrices protagonistas aunque no les da pie para un mejor lucimiento.
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