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CRITICA
Por: PACO CASADO
Fernando Trueba es un director que nació al mundo del cine de la mano de la comedia y en ella permanece.
Tras su primer largometraje “Ópera prima” vendría “Mientras el cuerpo aguante” y “Sal gorda”, a la que ha seguido “Se infiel y no mires con quien”.
En esta ocasión se trata de llevar a la pantalla una obra teatral de los británicos Ray Cooney y John Chapman, que ha recorrido los escenarios españoles durante diez años de la mano de Pedro Osinaga.
Fernando Trueba confiesa no haber visto la versión teatral, pero si su enamoramiento de la obra al leerla e intuir que allí podía haber una película, aunque realmente en el guion escrito por él ha introducido bastantes cambios de lo que era el original teatral.
En este sentido Trueba ha conseguido quitarle bastante el posible tufillo a tablas que pudiera ocasionar, aunque haya conservado todos los equívocos de situaciones que el vodevil tenía, sacando la cámara a la calle.
Lo que tal vez no haya logrado es darle el ritmo preciso, ese que posee la comedia americana que siempre trata de imitar o copiar el director de “Ópera prima”, hasta ahora su mejor película y que ya intentó con “Sal gorda”.
Ha contado con un buen reparto de nuestro cine, con una elegante Ana Belén y una simpática y alegre Carmen Maura que, junto a la corrección de Antonio resines y Santiago Ramos, reparten el bacalao en la película llevándose los papeles más brillantes, sin desmerecer del resto del reparto que cumple bien sus cometidos.
La película posee momentos ingeniosos que hacen reír a la concurrencia con sus golpes y situaciones equívocas.
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