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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción se sitúa en el año 1858 durante el mandato del Papa Pío IX, cuyo guion se basa en un secuestro religioso.
Esta es la historia real de Edgardo Mortara, un niño de seis años, de una numerosa familia judía burguesa, con varios hermanos, que vive en Bolonia con sus padres Salomone y Marianna.
Un día se presenta en la puerta de la casa un funcionario con varios guardias con la orden del Santo Inquisidor Pier Gaetano Feletti, de llevarse a Edgardo, uno de los hijos y ponerlo bajo la custodia de la Iglesia Católica.
El motivo que se aduce es que fue bautizado en secreto por Anna Morisi, una criada católica, de la familia judía de los Mortara compuesta por el matrimonio entre Salomone y Marianna, que pensaba que estaba en peligro de muerte y así no iría al limbo, sino al paraíso si llegara a fallecer.
De esa forma es secuestrado y criado como cristiano en una institución religiosa del catecumenado.
El esfuerzo de los padres por recuperar a su hijo se convirtió en una batalla política que enfrentó al Papa Pío IX con las fuerzas de la democracia italiana.
Los hechos se desarrollan en el barrio judío en Bolonia.
Los soldados del Papa irrumpen en la casa de los Mortara para secuestrar a su hijo de siete años, Edgardo.
La película sigue la lucha de la familia para tratar de recuperar a su pequeño ante esta acción que lleva a cabo la Iglesia Católica en aquellos momentos en el que aún existía el Tribunal de la Santa Inquisición y se cometían actos como el referido.
Cuando el ejército derroca diez años después al papado, Edgardo tiene claro dónde está su hogar y su creencia.
El guion está inspirado en el libro escrito por Daniele Scalise.
Marco Belocchio es un famoso director italiano de 83 años, que se hizo muy conocido a través de títulos polémicos en su momento como 'Las manos en los bolsillos' (1965), 'China está cerca' (1967) o 'En el nombre del padre' (1971), con más de medio centenar de títulos en su filmografía, cuyo cine siempre tiene un interés de corte político o sociológico como se demuestra en este que comentamos, del que hacía tiempo que no veíamos nada suyo de entre lo último que ha realizado.
En este caso lleva la trama de manera lenta como lo requiere el asunto que trata, en esa lucha denodada de los padres por recuperar a su hijo Edgardo.
Tiene un apéndice en los metros finales del metraje en el que Edgardo es ya mayor y defiende a capa y espada, como se suele decir, sus creencias adquiridas durante su infancia y encontrada con la de sus padres.
En la parte última se refleja la pérdida de la fuerza del Papa Pío IX ante la llegada del Reino de Italia.
Destaca la banda sonora compuesta por Fabio Massimo Capogrosso en la que se añaden varias piezas clásicas de corte religioso y la perfecta ambientación de la época en que suceden los hechos.
Y en lo negativo el retrato algo maniqueo debido a sus creencias políticas y religiosas del director y el exceso de metraje.
Premio Gallo de oro al actor Paolo Pierobon y al director Marco Bellocchio. Nastro d'argento a la película, el director, el guion, Bárbara Ronchi, Paolo Pierobón, edición y Leonardo Maltese. Premio Miguel Delibes al guion en la Seminci de Valladolid.
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