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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es interesante ver esta cinta de dibujos animados japoneses, porque así se puede tener un punto de referencia para valorar en su medida justa el arte y la maestría del recientemente fallecido Walt Disney.
"Simbad, el marino" es una película infantil, no cabe duda. Pero no por el hecho de estar realizada en dibujos animados, sino porque tiene las características que requiere este tipo de cine dedicado a los niños.
El bien y el mal se ha diferenciado de la forma más elemental con tan solo unos colores que les distinguen a simple vista, vivos para los buenos y oscuros y tétricos para los malos.
En el aspecto del guion también se ha esquematizado en gran manera.
Las aventuras se suceden a gran velocidad sin detenerse en exceso para que no cansen a las mentes infantiles y mantengan siempre vivo el interés.
La música es pegadiza y aunque en algunas ocasiones se entienda la letra, tan solo está doblada una de las canciones que es necesario para la mayor comprensión argumental.
Es sugestiva, esta cinta por todos estos aspectos, pero, como decíamos antes, hay una notable diferencia entre estos dibujos y los de Walt Disney, no tiene la flexibilidad de movimientos de los americanos, ni la gracia y soltura e inspiración que caracteriza a los del mago Disney.
Los personajes están torpes en ocasiones, pareciendo como si le faltaran fotogramas a la película.
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