|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Por la firma del realizador de este largometraje, la película nos interesaba a priori, como a todo aquél que hubiera visto una cinta anterior titulada "La muerte llama a la puerta" de este mismo director.
Confiábamos, a priori, que al menos sabría manejar el suspense y mantenernos inquietos en la butaca. Y ciertamente, no nos ha defraudado en mucho, aunque no nos haya convencido tanto como en su anterior cinta que acabamos de citar.
Harrington tiene la virtud de, junto con esta inquietante atmósfera creada, hacer una perfecta reconstrucción de la época en que se desarrolla la acción, caprichosamente, porque podía ocurrir en cualquier tiempo, aquellos momentos de los años treinta en los que el público estaba totalmente pendiente de los acontecimientos de la pantalla, de las revistas del cine, y de los descubrimientos infantiles de grandes estrellas en potencia, aunque pequeñas por su estatura.
De aquellos años en que se bailaba el tango, se seguían las modas de vestidos y peinados de las estrellas de cine y se corría a desenfrenadas carreras en los destartalados coches descapotables.
Junto a esto, la superchería religiosa de algunas predicadoras y las creencias casi supersticiosas de algunos practicantes.
Con estos elementos Harrington construye con pericia la película, aunque a veces resulte algo artificiosa y otras lenta en su desarrollo.
Capítulo especial para las dos protagonistas, Debbie Reynolds y Shelley Winters, con buenos trabajos respectivos.
La cinta nos recuerda demasiado a "Qué fue de Baby Jane?" de Robert Aldrich, pero no puede competir con ella.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE