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CRITICA
Por: PACO CASADO
Para los buenos aficionados al cine a buen seguro que el nombre de Luis Alcoriza les dice mucho y sobre todo porque va ligado al de otro Luis famoso: Luis Buñuel.
Español, como él, exiliado a México, ambos colaboraron largamente en un buen número de producciones.
Al cabo de los años, Luis Alcoriza, al igual que su maestro, pudo regresar a su patria y rodó en suelo hispano esta película que, si bien no estaba mal, no obstante no logró ser muy comercial que digamos.
'Han violado a una mujer' (Tac-Tac) (1982), que era su film anterior, que tuvo ocasión de filmar en su país, trataba de la venganza de una mujer violada, en contra de su violador.
Eso ocurria en el año 1982.
Ahora, al cabo de ocho años, Luis Alcoriza vuelve a intentarlo de nuevo, esta vez basándose en una novela de Miguel Delibes, uno de los autores que paree que están de moda en nuestra cinematografía.
Àvila a principio del pasado siglo.
Pedro es un niño de 9 años que, acompañado por su tutor, entra a vivir en casa de Don Mateo, maestro autodidacta, que a partir de ese momento será el encargado de su educación.
Pedro entabla una relación casi familiar con Doña Grgoria y Martina, esposa e hija respectivamente de su maestro.
La aparición de Alfredo como compañero de habitación y estudios, completará el círculo de su entorno afectivo.
La vida de provincias, la relaciones con los compañeros y la especial relación entre la vida y la muerte inculcada por Don Mateo influirá definitivamente en su vida futura, en la que Pedro, convertido en marino, vivirá una intensa historia de amor.
Y de nuevo vuelve a repetirse la historia.
Es un producto bien hecho, correctamente narrado, pero con un relato que no parece que interese mucho al público actual, por lo que su resultado comercial no es el más óptimo.
La cinta tiene dos partes. Una priera con el reato de los protagonistas cuando eran niños, que es la más interesante, a pesar de que se adivine en qué acabará todo.
En cambio en la segunda mitad, que no se sabe cómo terminará, apenas tiene historia que contar y no hace más que dar vueltas a lo mismo.
Los dos relatos son como dos películas yuxtapuestas, que casi no tienen nada que ver entre sí, más que una relación mínima.
El ambiente está bien captado, sobre todo en una pulcra primera parte desarrollada en los años veinte, en la que se le saca un buen partido a los pequeños actores que se comportan incluso mejor que los adultos de la segunda mitad.
Premio del CEC al mejor montaje. Nominado al Goya al mejor guion adaptado.
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