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CRITICA
Por: PACO CASADO
Muchos relatos se han escrito sobre la Segunda Guerra Mundial, unos de ficción, mientras que otros son reales como es el caso que nos ocupa en esta producción alemana, Stella, víctima y culpable (2023) dirigida por Kilian Riedhof.
Esta es la historia real de Stella Sara Goldschlag, una guapa chica rubia que vive en Berlín, cantante de un grupo de música de jazz, que sueña con triunfar algún día en esa profesión, pensando en hacerlo en los Estados Unidos.
La acción comienzo en el mes de agosto de 1940 en Berlín.
Pero a la llegada del régimen nazi de Hitler en 1944 se ve obligada a esconderse, debido a su condición de judía, en compañía de sus padres, Toni y Gerd, y a partir de ahí su vida se verá convertida en una auténtica tragedia, viéndose víctima del antisemitismo.
Tanto ella como su madre trabajan en una fábrica de piezas metálicas bajo la vigilancia nazi, pero cuando sale a la calle se quita la amarilla estrella de David que denota su origen y logra hacer amistad con un oficial nazi corrupto con el que se ve de vez en cuando que la lleva a conciertos y le proporciona pases en blanco para liberar a judíos como igualmente hacen otros amigos suyos pertenecientes a una red clandestina, como Ciona, Johnny, Rolf o Fred siendo con éste último con el que contrae matrimonio y que una vez que es deportado vive su vida con otros hombres, incluido el oficial nazi.
Un día una de sus amigas, Inge Lustig, la denuncia a la Gestapo estando con Rolf en un restaurante y a partir de ahí comienza su calvario, siendo torturada y sometida a todo tipo de vejaciones para que denuncie a las personas judías que conoce, a lo que accede, gracias a lo cual se ve favorecida con una habitación individual y poder vivir con cierta libertad al convertirse en colaboracionista traicionando a cientos de personas de su propia raza, incluidos sus propios amigos, comportándose de manera egoísta e inhumana, para salvarse a sí misma, encontrándose en ella la dicotomía del bien y el mal, tropezando con la cruel realidad, mostrando así el dilema ético y moral, que le lleva a la degradación por la supervivencia y a convertirse en víctima y verdugo a un tiempo.
El resto no se lo vamos a contar para no caer en spoiler.
La dirección corre a cargo del director alemán Kilian Riedhof que tras realizar un buen número de series de televisión se pasó al cine con 'Vivir sin parar' (2013) al que siguió 'No tendréis mi odio' (2022) siendo este su tercer largometraje, que realiza con fluidez y con el ritmo que precisa esta historia, sobre la que no toma partido acerca del personaje, con algunas escenas realmente brutales y con una buena ambientación de la época.
Por su parte el protagonismo recae en Paula Beer que encarna el personaje de Stella en torno a la cual giran el resto de los componentes del reparto.
Premio Biznaga de plata otorgada por el público en el Festival de cine de Málaga.
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