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CRITICA
Por: PACO CASADO
La divertida comedia francesa de otros tiempos ya no es lo que era o al menos puesta en manos de una actriz que debuta como directora, que es el caso de Charlotte de Turckheim, que tiene por delante un argumento potencialmente interesante del que se podía haber sacado una película notable, que echa a perder.
No hay nada mejor para una comedia que los enredos y los líos y en este caso comienzan por la protagonista, Ana, una madre joven que tiene dos hijos una hija de tres hombres distintos, que ninguno de ellos saben que ella ha tenido esos hijos suyos.
Los chicos no conocen a sus respectivos padres, pero por un capricho del menor, al cumplir once años, la abuela organiza un encuentro en el que todos vayan de vacaciones a una playa de México en el que se encontrarán todos al mismo tiempo para que sus nietos puedan conocer a sus padres y a sus nuevas familias.
El absurdo parte de ahí y las situaciones que se suceden son monumentales, pero al menos podían tener gracia, con todo el indigerible enredo que se forma.
La inexperiencia de la directora y guionista no saca partido a las relaciones entre los personajes y tan sólo la veteranía de una actriz como Victoria Abril, en un papel que parece hecho a su medida, y la espontaneidad de los niños, se salvan de esta aburrida y colorista comedia veraniega en la que la risa surge en muy contadas ocasiones.
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