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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando no dirige, Steven Spielberg produce y da ocasión a directores, siempre en su esquema de producciones de aventuras o de corte más o menos fantástico o especial.
Ahí están como muestras 'Los Goonies' (1985), 'Gremlins' (1984) o 'El secreto de la pirámide' (1985).
En esta ocasión y también de nuevo en la faceta de productor le ha dado la oportunidad a Matthew Robbins para hacer esta fantasía en la que un inmueble va a ser demolido para especular con su terreno, cuando el edificio sea derribado.
El grupo de inquilinos que vive en ese bloque de apartamentos se verán obligados a mudarse para que sea demolido.
Los vecinos protestan, algunos salen a regañadientes, otros se resisten a marcharse y son víctimas de los matones que han sido contratados por la empresa a tal efecto.
Entre ellos está una pareja de viejecitos, dueños del bar y una vivienda, que reciben la inesperada visita de unos extraños y pequeños platillos volantes, que entran de noche en la casa del anciano Frank Riley y su señora Faye Riley, cuando toda la manzana va a ser demolida y sólo algunos vecinos se niegan a marcharse, aguantando la presión de una banda de matones y se ponen de su parte en esta guerra tan desigual.
Los metálicos seres manifiestan asombrosas cualidades, ya que lo reparan todo, arreglan el piso y los desperfectos del bar y salen en su defensa y del vecindario cuando es necesario.
La película es de corte amable, en la línea de las que se solían hacer en los años cuarenta y cincuenta a cargo de Frank Capra, sólo que en vez de ser en esta ocasión ángeles con cuerpos humanos los que bajen del cielo para ayudar a esta pareja de ancianitos, son artefactos espaciales, más acordes con la época que vivimos.
Dos grandes secundarios del cine norteamericano, los veteranos Hume Cronyn y Jessica Tandy, incorporan a los dos protagonistas, convirtiéndose así en actores principales, ahora que llegaron a la tercera edad.
El film no depara más sorpresa que las de los efectos especiales que son maravillosos aliados para la diversión.
Premio a Jessica Tandy de la Academia de Ciencia ficción, fantasía y horror. Premio Young Artist a la mejor comedia.
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