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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine italiano, que en otros tiempos estaba siempre presente en nuestras salas, desde hace un tiempo a esta parte, prácticamente ha desaparecido de nuestras pantallas, lo que no quiere decir que su producción no sea abundante, que no haya directores destacados o de interés, pero la política de distribución hace que no lleguen o lo hagan con cuentagotas.
Una de ellas que ha tenido un gran éxito en su país de origen que ha sido un fenómeno el pasado año en los cines con más de cinco millones de espectadores que han acudido a verla en las salas.
La acción se circunda a la ciudad de Roma en la primavera del año 1946, justo tras la Segunda Guerra Mundial con el país ocupado por la fuerzas aliadas, especialmente EE.UU..
Delia es la esposa de Ivano que es madre de tres hijos, Marcella, Sergio y Franchino que ha tenido con él.
El hecho de ser esposa y madre, son los papeles que la definen y con los que como mujer se siente realizada.
El marido trabaja y aporta el sueldo para que viva la familia con la que vive también Ottorino, el padre del marido, ya muy mayor que está postrado en cama debido a sus dolencias.
Ella también trabaja, además de las labores del hogar, cose para la calle surciendo calcetines y otras prendas y poniendo inyecciones a sus vecinos, sacando unas liras, de las cuales siempre se guarda algunas que no entrega al marido, reservadas para el vestido de novia de Marcella, su hija, la mayor de los tres hermanos, los otros dos son varones, más pequeños, que están todo el tiempo peleándose.
El marido es un hombre celoso y maltratador para el que cualquier excusa es motivo para pegar a su esposa.
En la familia algo va a cambiar cuando Marcella anuncia que Giulio, un chico de buena familia y adinerada, le pide que se case con él, a lo que Ivano no se opone y ve el cielo abierto de mejorar su humilde posición social.
Pero el destino se pondrá en contra ya que no siempre salen los planes como se habían trazado.
Marcella, constantemente le pide a su madre que abandone a su padre, un hombre que la maltrata y la humilla constantemente, a pesar de su bondad.
Delia tuvo un novio, Nino, que tiene un taller mecánico que no le va bien y ha decidido marcharse al norte en busca de un trabajo más rentable que le permita vivir.
En breve se van a celebrar unas elecciones en favor de la república en la que por primera vez se les permite a las mujeres poder votar lo que supuso una participación masiva.
La película es un retrato bastante fidedigno de la situación del país en aquellos años cuarenta, que nos recuerda al cine neorrelaista, y especialmente de la consideración en que se hallaba la mujer, siempre sometida al marido, que se permitía tratarla como si fuera una esclava y no como un ser humano en igualdad de derechos con el hombre, algo que recordamos haber vivido también en España en esa misma época.
Este crudo melodrama sentimental de posguerra, sobre una mujer maltratada, está realizado en blanco y negro, como se hacía en otros tiempos, por la actriz y directora italiana Paola Cortellesi, que supone su debut tras la cámara, con más de cuarenta títulos en su haber como actriz, que en este caso que comentamos asume la dirección, el papel protagonista de Delia y colabora en la escritura del guion con Furio Andreotti y Giulia Calenda, con una definición bastante exacta de los personajes, entre los que destaca la buena interpretación de ella misma.
Premio David de Donatello de los espectadores. Premio al mejor film del Sindicato italiano de periodistas. Premio Dragón a la mejor cinta en Göteborg. Mejor película, mención especial y premio del jurado en el Festival de Roma. Premio Golden Ciak al mejor poster.
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