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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta producción es un drama romántico que transcurre en Nueva York en el invierno de 1934, en la que el pintor Eben Adams, que está en esos momentos falto de inspiración, busca fortuna, mientras sufre una auténtica obsesión.
Un día entra en una galería de arte poco convencido y aunque la propietaria le recrimina que pinta sin amor, acaba comprándole un cuadro.
Poco después cree ver en Central Park a Jennie Appleton, una chica joven, que en su tiempo fue su modelo y fuente de inspiración, la primera y única cosa de la que ha estado seguro en su vida.
Pero se da la circunstancia de que esta mujer falleció ya hace algún tiempo.
Él la toma como modelo y se enamora de ella: pero la verdad es que nunca llegará a convencerse de que únicamente se trata de una pura fantasía, de un simple sueño, pero maravilloso al fin y al cabo.
Este relato le da pie al realizador William Dieterle, uno de los directores que prefería el productor David O'Selznick, y al que ya utilizó en su momento para terminar su película 'Duelo al sol' (1946) y llevar a cabo varios films con anterioridad como 'El príncipe y el mendigo' (1937 / 1944), 'Esmeralda la zíngara' (1940), 'Cartas a mi amada' (1945) entre otras.
En todas ellas se nota la mano del productor David O'Selznick, que fue toda su vida el esposo de Jennifer Jones, una actriz de interpretaciones realmente memorables junto a actores como Gregory Peck o Charlton Heston.
En este caso realiza una fantástica historia sentimental, de corte romántico, de unos amores ideales, cuando en realidad se trata de un amor imposible, debido a las circunstancias antes apuntadas, pero que generan una serie de encuentros y episodios que enganchan sobradamente la atención del espectador.
Se trata pues de una aventura desconcertante, que no tiene otro camino que el poético para su resolución, más que intentar explicarlo de una forma realista.
El pintor reconstruye la vida de esa enigmática joven, que surge del túnel del tiempo y el álbum de la historia hasta los albores de la Primera Guerra Mundial, momento en el que mueren los padres de ella, que son trapecistas de circo, en un accidente,
creciendo y madurando en pocos meses.
En los sueños de inspiración del pintor que siente de manera periódica la presencia y la sombra de la figura de Jennie que finalmente quedará plasmada en su retrato como figura el título original.
En la cinta podríamos destacar como más interesante, la interpretación de la pareja protagonista en esta producción muy correctamente realizada, que si bien no llega a conseguir una gran calidad, pero al menos interesa al espectador.
Ganó el Oscar a los mejores efectos especiales y fue nominada la fotografía en blanco y negro. Joseph Cotten ganó el premio al mejor actor en la Mostra de cine de Venecia.
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