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CRITICA
Por: PACO CASADO
Bob Dolman es guionista, entre otros de los films Willow y Un horizonte muy lejano, con el de 'Amigas a la fuerza' ha decidido ser también quien lo dirija debutando así detrás de las cámaras.
Es la historia de dos amigas Vinnie y Suzette, que hace treinta años eran goupies, esas fans que van detrás de los cantantes a todas partes y llegaban a hacerles más de un favor sexual a algunos de ellos, de lo cual presumían. Eran conocidas como las hermanas devorahombres, traducción literal del título original.
Sus caminos se separaron y ahora Vinnie es Lavinia, una respetable señora aburguesada, casada con un prestigioso abogado con ambiciones políticas y con dos hijas a las que prohibe lo que ella hacía antes.
En cambio Suzette ha seguido viviendo de sus recuerdos y de aquella manera, con aspecto juvenil, pero cuando se ve en apuros acude a su amiga del alma, mientras por el camino recoge a Harry un apocado escritor fracasado, maniático e inmaduro, con ánimos de matar a su padre.
Todo es previsible en esta comedia que desde el comienzo sabemos que ambos mundos darán un vuelco y en cuyo contraste se espera encontrar la comicidad del film, que no acaba de llegar debido a un guion muy flojo y una inexperta dirección que no sabe sacar todo el partido a este trío de oscarizados actores, perdiendo el ritmo en muchos momentos y el interés en otros.
Este agridulce relato partió de la idea de una canción de Jim Morrison, Stoned Inmaculate, que relataba cómo una noche de verano se topó con dos chicas jóvenes, la rubia se llamaba Libertad y la morena Emprendedora.
Está pensado a mayor gloria de las actrices y toca temas como el peso de los recuerdos, el liberalismo mal digerido y el valor de la amistad.
Si se mantiene es por el gusto de ver actuar a dos grandes actrices que, aunque ya maduras, siguen de buen ver, mientras Geoffrey Rush queda en un papel muy secundario y perfectamente prescinidible.
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