|
CRITICA
Por: PACO CASADO
De entre las muchas películas que se estrenan cada semana, en esta ocasión llama la atención una de producción Noruega, una cinematografía que no es nada habitual encontrarla en las pantallas de las salas comerciales y menos si es una producción netamente noruega.
La que se nos ofrece con el título internacional de 'Arctic convoy' (2023), corresponde al original noruego de Konvoi, en el que se cuenta un episodio real de la Segunda Guerra Mundial.
Durante el verano de 1941, los ejércitos nazis, de un imparable Adolf Hitler, invaden la Unión Soviética sumergiéndola en una situación realmente terrible y convoyes de buques cargueros civiles de los aliados, repletos de material bélico, inician el peligroso viaje desde Islandia hacia las ciudades rusas de Murmansk y Arkhangelsk para ayudarles en su defensa, bajo la protección de buques de guerra de los aliados.
Pero llega un momento en el que el alto manda ordena dispersar el convoy y también le es suprimida la protección y el disperso convoy se las tiene que jugar en solitario.
La acción se centra en un hecho real en el que uno de esos barcos, que en 1942 envía refuerzos a través del mar ╡rtico, se ve en ocasiones en una situación desesperada cuando los aviones alemanes atacan al convoy que se dispersa para que así el ataque sea menos efectivo.
Llega un momento en el que el buque se ve atrapado en medio del mar, sin experiencia en defensa y los marineros, que no son soldados profesionales, sino peronal civil, se ven obligados a enfrentarse, cara a cara, con una fuerza superior como la alemana en una batalla desigual en medio del mar ártico, sin experiencia en defensa bélica, teniendo que luchar contra los aviones nazis.
Por otra parte el capitán tiene una idea de cómo hacerlo, mientras que el segundo oficial a bordo, que ha vivido una dura experiencia bélica, tiene una concepción distinta se lo que se debe hacer y se plantea el regreso al punto de partida evitando así la muerte de todos los ocupantes del barco, resultando difícil la decisión a tomar.
Películas de guerra hemos visto muchas a lo largo de nuestra vida, pero generalmente son norteamericanas de diversos conflictos bélicos, pero no es frecuente una noruega como nos ofrece ésta y además está muy bien hecha en muchos aspectos, aunque el hecho de desarrollarse toda la historia en el interior del buque puede ser un poco claustrofóbica, pero mantiene el interés en todo momento.
Hay una secuencia en la que la marinería se rebela y el segundo, Mork, le pide al capitán Skar que se dirija a ellos y lo hace de una manera tan aclaratoria y bien expuesta cargada de razones que no sólo aplaca los ánimos sino que los convence para seguir adelante.
El protagonismo de esta historia se lo reparten entre Tobias Santelmann en el personaje de Mork, el segundo oficial a bordo y el capitán Skar que está encarnado por Anders Baasmo.
La dirección recae en el joven cineasta de 34 años Henrik Martin Dahlsbakken que hace con este título el número once de su filmografía y a fe que lo hace bien, dosificando el interés que le ofrece el guion de las distintas situaciones difíciles que ha de afrontar a lo largo de esta historia, en la que la fotografía salva bien el hecho de la dificultad de desarrollarse todo en el interior del barco.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE