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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director alemán Percy Adlon, comenzó a ser conocido en nuestras pantallas a raíz de la proyección de su película 'Sugarbaby' (1985) y se consagró definitivamente para los cinéfilos con 'Bagdad Café' (1987), confirmándose posteriormente con 'Rosalíe va de compras' (1989), estas dos últimas con su musa Marianne Sägerbrecht al frente del reparto.
Ahora se nos ofrece el undécimo título de su filmografía, 'Younger and Younger' (1993), tras haber recorrido un buen número de festivales en los que tan sólo consiguió un Premio Especial y Mención honorífica del jurado a Lolita Davidovich en el Festival de Bruselas y el Premio a la mejor actriz en el de Burgos.
Ese es el bagaje para esta película en la que Percy Adlon comienza a repetirse.
Aquí nos cuenta la historia de Jonathan Younger, un hombre maduro, atractivo y mujeriego, que vive su propia realidad, poco dado a trabajar, casado con una mujer meticulosa a quien ha encargado llevar el negocio de almacenaje de muebles que posee y gracias a ello funciona, mientras él se dedica a sus conquistas, hasta que un día su realidad se derrumba.
Un día fallece su esposa y llama a su hijo a quien mandó a estudiar para que llegado el momento llevara el negocio, pero se siente impotente a pesar de sus estudios de hacerlo con la perfección que lo hacía su querida madre.
Hasta aquí todo va bien y el tema funciona, pero a raíz de la muerte de su esposa Jonathan la ve constantemente por todos los rincones, y cada vez más joven, pero ahora que está más enamorado que nunca de ella no la puede tocar, ya que la ha perdido para siempre.
Percy Adlon introduce a lo largo del argumento una serie de personajes excéntricos que no sirven para nada.
Para algo más el de una mujer, estrella famosa de la pantalla, acusada de asesinato, y su hija que acuden un día al almacén.
El hijo se enamorará de la chica, mientras el padre coquetea con la madre.
Todo esto es un añadido innecesario, mientras que el director mezcla escenas de un musical con una comedia romántica negra y fantástica, en tanto juega con el titulo que se podría traducir como cada vez más joven.
Lo que en un inicio comienza bien se va degradando por momentos sobre todo en los metros finales de la historia.
Lo mejor es el impecable trabajo de una madura Lolita Davidovich, lejos de la estrella sexy que es en la primera parte que después la recupera en la segunda mitad.
Muy ajustado Donald Sutherland en el papel del atractivo galán maduro.
Estupendas las actrices Sally Kellerman y Linda Hunt.
Raven de plata en el Fesrtival de Bruselas. Premio a la mejor actriz para Lolita Davidovich en el Festival de Tokio.
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