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CRITICA
Por: PACO CASADO
Si algo tiene esta película de relación con 'Anaconda' (1997) es solo la presencia de este gigantesco oficio que en la primera medía 12 metros con el que tropezaba un equipo de rodaje de un documental y que aquí es una expedición científica que acude a la selva de Borneo en busca de la orquídea sangrienta que según creen tiene un suero que conserva la juventud.
En este caso no es uno, sino toda una camada en época de apareamiento dispuesta a devorar lo que se le ponga por delante a lo que tendrán que enfrentarse los protagonistas.
Salvo la productora no hay ningún elemento del equipo técnico de aquella, que dirigía Luis Llosa e interpretaba Jennifer López y Jon Voight y que obtuvo un sorprendente y moderado éxito. A pesar de ello se ha tardado siete años en hacer esta nueva historia.
Como suele ocurrir en estos film de aventuras, a los que se les mete algunas escenas de terror, los expedicionarios se dejan llevar por la ambición y la avaricia lo que origina no solo las peleas a muerte entre ellos sino también tener que luchar contra el enemigo animal que les ataca en cualquier momento, sino que en este caso también coincide con la época monzónica de las lluvias torrenciales que acaban con la embarcación lo que aumenta las dificultades y peligros.
La dirección se le ha encargado a Dwight H. Little, un experto en cintas de acción como Asesinato en la Casa Blanca (1997) que aporta algunos elementos de suspense y un reparto de actores poco conocido, por lo que toman más protagonismo los efectos especiales que crean a las monstruosas y desproporcionadas anacondas.
En definitiva una película de aventuras que no engaña a nadie, sin más pretensiones que las de entretener.
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