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CRITICA
Por: PACO CASADO
'Sugar Hill' está muy lejos de ser una película de acción, cosa que se pudiera pensar al tener al actor de color Wesley Snipes como protagonista. Más bien diríamos que es un drama familiar, con aspectos de tragedia griega, en el que se ve metido este hombre y que le lleva a una reflexión de lo que ha sido su vida.
Desde pequeño se ha visto inmerso en el mundo de la droga, donde cayó su padre como traficante, que metió a su madre en el vicio hasta que murió de sobredosis. Inteligente, conocedor de este mundillo, ha sabido aprovecharse de él para llegar a ser el dueño de Sugar Hill, un sector de Harlem.
El día que encuentra a una chica, de la que se enamora, se plantea abandonar todo y hacer una huida hacia adelante. Pero mientras tanto ha de mantener su lugar en el estatus del hampa ante la guerra que se avecina con la introducción de la nueva droga del crack. Por otro lado ha de hacer frente a los problemas familiares, con un padre enfermo y un hermano que, metido también en el negocio, es la otra cara de la misma moneda, violento y poco inteligente.
Finalmente decide cambiar esta clase de vida, harto de estar siempre rodeado de muertes violentas y abandonar este ambiente.
Leon Ichaso, director de 'El super' (1978), un film sobre los chicanos, quiere analizar este otro mundo de las gentes de color, de un barrio tan conflictivo como Harlem, donde impera la droga, que acarrea a su vez violencia y crimen, algo con lo que conviven cada día sus habitantes como si fuera consustancial con ellos.
A Ichaso le interesa más el amargo drama personal y humano de este hombre que hacer una cinta de acción al uso. La dota de un ritmo lento, con constantes flash-backs, que son como puñetazos al rostros del espectador que le hacen comprender la actitud tan diferente de estos dos hermanos que conviven y se enfrentan por tener distintos puntos de vista ante el mismo problema. El drama se precipita en el último cuarto de hora en el que se resuelve todo con un final inesperado y sorpresivo.
La cinta da oportunidad a Wesley Snipes a abandonar los superficiales productos de acción en que se ha visto encasillado y tener un papel de corte más dramático en esta ocasión, junto a la joven Theresa Randle, que se destapó posteriormente en la película de Spike Lee, Girl Six.
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