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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director australiano, afincado en Hollywood, Bruce Beresford, tiene fama de ser buen director de mujeres, como lo demuestran sus películas que trataron con acierto temas femeninos y las actrices consiguieron premios.
'Tender mercies. Gracias y favores' (1983), 'Crímenes del corazón' (1986), 'Paseando a Miss Daisy' (1989), son algunos ejemplos de su filmografía que gira en torno a la mujer, que lo ratifican.
En este nuevo film se ha rodeado del mayor reparto femenino de la historia.
Cuenta, basándose en hechos reales, ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, cómo un grupo de mujeres en un campo de concentración japonés forma una orquesta humana con la que interpretaban partituras clásicas, a boca cerrada, en contra de sus carceleros, cautivados de su belleza después.
Es una historia de coraje, amistad y esfuerzo la que llevan a cabo un dispar grupo de mujeres de diversas nacionalidades e idiomas, incluso enemigas entre sí.
Es admirable cómo entre tanto odio, malos tratos, mala alimentación y falta de fuerzas después de una agotadora jornada, el ser humano aún puede sobrevivir y esforzarse en la hazaña de crear algo tan bello en medio de tanta miseria.
La cinta nos invita a la reflexión y levanta el ánimo al ver el espíritu que les anima.
Bruce Beresford ha tratado de acercarse lo más posible a la realidad, a través de un guion que describe bien los caracteres femeninos.
La mujer valiente que encarna Glenn Close, capaz de jugarse la vida por su dignidad y la de sus compañeras; el espíritu bondadoso incapaz de odiar a los que mientras peores son, más ama; la egoísta que se hace pasar por médico para no trabajar o las que prefieren prostituirse en lugar de vivir con dignidad. Lo que interesa es la relación que se establece entre ellas.
La puesta en escena crea secuencias de gran crudeza en el maltrato físico a las prisioneras, la ejecución quemada viva de una mujer china, el castigo de rodillas de otra a punto de morir ensartada por afiladas cañas, que muestran la crueldad de los soldados japoneses, dulcificada por otras de gran expresividad, como las de las interpretaciones musicales.
Excelente interpretación de Glenn Close, encantadora la humanidad de Pauline Collins, la rudeza de Frances McDormand o la dulzura de la australiana Cate Blanchett.
Una buena cinta de mujeres y para mujeres que posee una estupenda banda sonora editada en España por Sony Music.
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