Título: | THE YELLOW SEA | |
Tit. Orig.: |
HWANGHAE | |
Nacionalidad: | COREA DEL SUR, 2010 | |
Dirección: | NA HONG-JIN | |
Guión: | NA HONG-JIN | |
Fotografía: | LEE SUNG-JE | |
Música | JANG YOUNG-GYU | |
Interpretes: | HA JUNG-WOO, KIM YUN-SEOK, CHO SEONG-HA, LEE CHUL-MIN, KIM JAE-HWA | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 140 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras participar en el Festival de Cine de Cannes del 2010, en la sección Una cierta mirada, donde la crítica la acogió con gran entusiasmo, se pasó posteriormente en la Sección oficial a competición del Festival de cine fantástico de Sitges de 2011, donde Na Hong-jin ganó el premio a la mejor dirección del certamen.
Previamente había tenido un gran éxito comercial con más de dos millones de espectadores en su país, Corea del Sur, donde su protagonista Ha Jung-woo obtuvo el premio al mejor actor.
Todos estos galardones avalan la categoría y la calidad de un estupendo thriller.
La acción se desarrolla en la ciudad de Yanji, entre Corea del Norte, China y Rusia, donde la mayoría de sus habitantes viven de actividades ilegales.
Allí un taxista llamado Gu-nam, muy aficionado al juego, debido a lo cual su esposa le ha abandonado, contrae una enorme deuda que debe abonar a la mafia, por lo que debería trabajar una gran cantidad de años para saldarla.
En su lugar el jefe mafioso Myun le propone a cambio cruzar la frontera de Corea del Sur, matar a una persona y traerle como prueba su dedo pulgar. El plan se complica más de lo previsto.
La película posee un guion muy interesante con una historia que tiene una cierta originalidad, plagada de una implacable violencia, al estilo de los mejores thrillers de acción del cine norteamericano, cuya historia del asesinato se complica con otra de venganza.
Posee también una gran carga social en la que no falta cierta denuncia de a dónde nos puede llevar la ludopatía, toca también la problemática de la inmigración ilegal con la consiguiente explotación inmoral de estas personas al estar sin papeles en un país que no es el suyo.
En cuanto a la realización Na Hong-jin, que hace con éste su segundo largometraje, lleva a cabo la puesta en imágenes con una notable maestría, eligiendo bien los encuadres, moviendo la cámara con agilidad, resolviendo con acierto las escenas de acción y persecuciones a un ritmo trepidante consiguiendo un film fantástico.
Estamos seguros satisface a los amantes de este género a los que no les importará que se trate de una producción coreana, con lo que eso conlleva que a veces se confunda a los personajes.
La cinta tiene una gran fuerza adquirida a base de un dinámico montaje y una narrativa trufada de escenas de acción que se alternan con la problemática del protagonista que, a la vez que cumple su misión, se impone buscar y recuperar el amor de su esposa que se marchó a Corea del Sur en busca de una vida mejor que la que tenía llena de preocupaciones viviendo a su lado.
La verdad es que durante todo el tiempo de la proyección nos llama la atención que a pesar de la rabiosa violencia que se derrocha no hay ni un solo disparo, ya que los asesinos siempre usan arma blanca.
Es inevitable pensar lo que podía hacer el cine norteamericano con una historia como ésta y con actores famosos, y no es que los de esta película no lo hagan bien.
No vamos muy descaminados ya que la Fox tiene los derechos para un posible remake.