Título: | PARANORMAL ACTIVITY 4 | |
Tit. Orig.: |
PARANORMAL ACTIVITY 4 | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2012 | |
Dirección: | HENRY JOOST, ARIEL SCHULMAN | |
Guión: |
ZACK ESTRIM, OREN PELI |
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Fotografía: |
DOUG EMMETT |
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Música | No tiene | |
Interpretes: |
KATHIE FEATHERSTON, KATHRYN NEWTON, MATT SHIVELY, BRADY ALLEN, ALISHA BOE, TOMMY MIRANDA |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 86 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Al productor, director y guionista israelí Oren Peli nos da la impresión de que se le van agotando las ideas para poder mantener esta saga que comenzó en 2007, ya que tanto el público como el crítico se aburren ya de ver siempre lo mismo con ligerísimas variantes.
A pesar de los 600 millones de dólares que llevan recaudados las tres primeras entregas y con un coste en total no que llegan a los diez millones todas, esta última nos pensamos que no tendrá el mismo resultado que las anteriores, pero dado su bajo presupuesto, una vez más, seguirá siendo rentable.
A la casa de una familia compuesta por el padre, la madre, Alex la hija de 13 años y el hermano menor, llega un niño de la vecina que lo deja a su cargo porque ella, que vive sola con su hijo, ha de ingresar en el hospital y no tiene con quien dejarlo.
Los dos niños se hacen amigos, pero empiezan a pasar cosas extrañas en la casa por lo que la chica decide con Ben, un amigo, poner una serie de ordenadores por las distintas habitaciones para que capten lo que ocurre.
Como se ve la idea es la misma, con idéntico esquema, con la modificación de los ordenadores en lugar de las cámaras habituales, a pesar de lo cual no se nos priva de la mareante cámara subjetiva a mano cuando no se trata de los planos fijos que graban los ordenadores.
La otra diferencia es que ahora la intriga la producen los niños y los encargados de averiguar lo que ocurre son dos adolescentes. ¿Es que se quiere con ello captar también a ese público para compensar la posible falta de adultos?.
En definitiva cuatro sustos salpicados a lo largo de la ¿trama? a base de ruidos y golpes y una serie de desapariciones que se producen al final de la proyección en esa larga espera hasta el final, que se hace pesada y aburrida porque nada pasa, más que escenas cotidianas sin el más mínimo interés, es cuanto ofrece este nuevo film.
Tras la cámara repiten con la misma falta de ideas e idéntico mecanismo en la realización, Henry Joost y Ariel Schulman, que ya se encargaron de ¿dirigir? la tercera de las entregas.
Es más de lo mismo por lo que no tienen motivo para enfadarse aquellos que ya vieron las anteriores si ésta no les gusta porque no les ofrece nada que sea diferente.
Se nos olvidaba. Ya ni en Sitges, festival especializado donde se proyectó, obtiene premio, en cambio sí consiguió el abucheo del público. No se merece menos.