Título: | HOMBRES ARMADOS | |
Tit. Orig.: |
MEN WITH GUNS | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1997 | |
Dirección: | JOHN SAYLES | |
Guión: |
JOHN SAYLES. Basado en la novela "La larga noche de los pollos blancos", escrita por FRANCISCO GOLDMAN |
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Fotografía: |
SLAWOMIR IDZIAK |
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Música | MASEN DARING | |
Interpretes: |
FEDERICO LUPPI, DAMIÁN DELGADO, DAN RIVERA GONZÁLEZ, TANIA CRUZ, DAMIÁN ALCÁZAR, MANDY PATINKIN, KATHRYN GRODY |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS | |
Duración: | 126 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El caso del director norteamericano John Sayles es bastante atípico. Mientras que trabaja para los grandes estudios corrigiendo guiones, en cambio los originales que él escribe no los da a estas grandes productoras, ya que prefiere tener el control del texto, la dirección e incluso el montaje, para que no sean manipulados en última instancia.
Así ha logrado títulos tan interesantes como 'El secreto de la isla de las focas', 'Passion Fish', 'Lone Star' y ahora 'Hombres armados', una historia bastante emotiva sobre un acomodado doctor, en un país imaginario de Sudamérica, que es ajeno a la realidad de la sociedad en la que vive.
Al morir su esposa y tomarse unas vacaciones decide buscar al grupo de estudiantes que él preparó para ayudar a los indios en sus miserias.
Conforme va descubriendo la atroz realidad y que todos y cada uno de sus alumnos han sido asesinados a mano de los hombres armados, va perdiendo poco a poco la esperanza, al tiempo que su corazón se debilita.
La película se basa en el libro La larga noche de los pollos blancos, de Francisco Goldman, que está inspirado en hechos reales.
Sitúa la acción en un país imaginario, aunque Latinoamérica está plagada de sucesos como éstos.
En cualquiera de las naciones del continente sur, es fácil encontrar la miseria, la injusticia social, y la lucha contra las guerrillas que son el pan nuestro de cada día. El ejército culpa de los muertos a la guerrilla y ésta al ejército.
Sayle adopta la postura de mostrar la realidad, de hacer un film denuncia al que no aporta soluciones, porque no las tiene.
Y esto lo hace con valentía a pesar de que salga malparado su propio país, que no interviene lo que le hace indirectamente culpable. Es valiente también a la hora de hacerlo prácticamente en castellano.
Tal vez sea un poco exagerada la inocencia e ingenuidad del doctor que parte de un desconocimiento casi total de la realidad y que poco a poco va tomando conciencia de las injusticias y perdiendo las esperanzas.
La cinta tiene una sencillez narrativa admirable, contada de forma lineal, con tan sólo algunos breves flash backs o la inclusión de pequeñas historias que refuerzan la columna vertebral de esta reflexión calmada sobre la barbarie que se expone con acierto directivo a los ojos del espectador.
Estupendo, como es habitual, el trabajo de Federico Luppi que carga sobre él todo el peso interpretativo de la película.
Este film logró el Premio de la Federación Internacional de la Crítica (Fipresci) en el Festival de Cine de San Sebastián 1997.