Título: | LAS ÁGUILAS NEGRAS DE SANTA FE | |
Tit. Orig.: |
DIE SCHWARZEN ADLER VON SANTA FE | |
Nacionalidad: | ALEMANIA, ITALIA, FRANCIA, 1965 | |
Dirección: | ERNST HOFBAUER | |
Guión: |
JACK LEWIS |
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Fotografía: |
HANS JURA |
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Música |
GERT WILDEN |
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Interpretes: |
BRAD HARRIS, PINKAS BRAUN, WERNER PETER, HORT FRANK, JOAQUIN HANSEN, OLGA SONCARFELD |
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Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 91 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Las aventuras bélicas siempre han sido tema atractivo para la pantalla porque los géneros de acción son los que generalmente gustan más a los públicos de todos los países. Pero son pocas las películas que han usado este género para poder opinar sobre el tema con una fuerza tan contundente como un puñetazo en la mandíbula.
Siempre hay conveniencias políticas o presiones que justifican un partidismo o un silencio. Pero últimamente se está abriendo un poco la mano y a veces llegan a nuestras salas films que al menos ponen la miel en los labios en una abundancia mayor que antaño.
En la presente cinta se nos estudia la aventura de un hombre, sus ambiciones y el ambiente que le rodea, durante la Primera Guerra Mundial. Nos encontramos entonces que el público se queda con la historia central y probablemente pasa por alto a una serie de personajes secundarios que son los que nos dan la nota y son tanto más interesantes que el protagonista.
No es esta película tan sólo la lucha de un hombre ambicioso que quiere lograr el Max azul, máxima condecoración germana que le elevaría a la categoría de héroe nacional, ni las dificultades que encontraría a su paso, sino la evaluación de los héroes según las circunstancias. De esta forma se juega con el destino de los hombres, con su propia vida manejándole según las conveniencias políticas como si fueran peones de ajedrez.
Todo está al servicio del estado o de la patria. Lo mismo se encumbra a un hombre porque interesa que se le destruye porque no conviene. Y a veces hasta influyen intereses ajenos a los patrióticos.
Más que un film de guerra, a pesar de que las escenas de este género abundan, podríamos decir que es una cinta sobre los hombres que hacen la guerra y la política según las directrices que marca el momento. Hombres que mandan a sus semejantes a la muerte con frialdad, asesinos situados detrás de una mesa de despacho que se emborrachan en la frivolidad de las fiestas mundanas de sociedad para olvidar el oficio.
La película resulta bastante clara de exposición, aunque quizás debido a su larga duración pueda quedar todo muy diluido. Hay que buscar el trasfondo como el cirujano que diseca bisturí en mano.
A pesar del claro esquema de guion, algunos momentos carecen de la fuerza suficiente para que tenga una verdadera categoría este film que está realizado bajo el signo de una auténtica calidad artesanal y que John Guillermin sabe confeccionar con tanta perfección.
Desde el punto de vista artístico ganó el Bafta a la mejor dirección artística para Wilfred Shingleton, de los cuatro apartado a los que fue nominada.