Título: | CARS | |
Tit. Orig.: |
CARS | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2006 | |
Dirección: | JOHN LASSETER | |
Guión: |
JOHN LASSETER |
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Fotografía: |
En color |
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Música |
RANDY NEWMAN |
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Interpretes: |
Animación |
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Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 117 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras siete años sin dirigir, dedicado a labores de producción, John Lasseter, lleva a la pantalla una de sus aficiones, una historia de coches a los que pone sentimientos como si fueran seres humanos cumpliendo su regla de oro de que sus películas tengan humor, acción y emoción.
Rayo McQueen es un joven y orgulloso coche de carreras novato que, tras quedar empatado con otros dos veteranos, ha de disputar una nueva carrera para conquistar la Copa Pistón, para lo que ha de atravesar el país.
Despistado en la Ruta 66 llega a Radiator Springs, un pueblo que ha quedado prácticamente muerto cuando se hicieron las autopistas.
Tras cometer una infracción, Rayo es castigado a hacer labores comunitarias, teniendo ocasión de conocer a la distinguida Sally Carrera, la dueña del motel, Maters, la bonachona, vieja y desvencijada grúa, a Doc Hudson un triple ganador olvidado tras un accidente, los simpáticos coches italianos Luigi y Guido y muchos personajes más.
Estos les harán cambiar su concepto de lo que es importante en la vida, y lo que son sus verdaderos valores gracias a los vecinos del lugar, ya que no está todo en conquistar la fama, sino que hay otras cosas como la comprensión, el amor, la amistad, el compañerismo, la solidaridad, la justicia y dejar a un lado el orgullo, la vanidad y el excesivo materialismo.
En el guion, irregular a veces, se combinan las secuencias espectaculares de acción con las notas sentimentales y de nostalgia dadas a través de un estupendo estudio de los caracteres de los coches y sus principales virtudes que son cuidados al máximo y sin que falte en ningún momento las notas de humor.
El arranque, nunca mejor dicho, lo hace a gran ritmo con espectaculares secuencias de las carreras, aunque después pierde el ritmo, hacia la mitad, debido a un excesivo metraje, lo que puede cansar un poco a los pequeños espectadores aunque no así a los adultos que disfrutan entre otras cosas con su espectacular montaje, su planificación o su estupenda banda sonora llena de ritmos de country y rock and roll, su gracejo, la nostalgia y el sentido del humor.