Título: | BIG BAD WOLVES | |
Tit. Orig.: |
BIG BAD WOLVES | |
Nacionalidad: | ISRAEL, 2013 | |
Dirección: | AHARON KESHALES, NAVOT PAPUSHADO | |
Guión: | NAVOT PAPUSHADO, AHARON KESHALES | |
Fotografía: | GIORA BEJACH | |
Música | FRANK HAYIM ILFAM | |
Interpretes: | LIOR ASKENAZI, ROTEM KEINAN, TZAHI GRAD, DOV GLUCKMAN, MENASHE NOY, DOVAL'E GLIKMAN, KAIS NASHIF, NATI KLUGER, SARAH ADLER | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 110 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Aunque no es habitual pero las carteleras españolas de vez en cuando se ven sorprendidas por la presencia de algún título de cinematografías que no suelen verse por estos lares, caso del cine israelí, como ocurre con la presente 'Big Bad Wolves' (2013).
Desconocemos qué géneros son los más frecuentados, los actores más conocidos o los directores más famosos, aunque de momento tenemos ocasión de saber lo que han hecho dos de ellos, Aharon Keshales y Navot Papushado, profesor y alumno, respectivamente, que hacen con éste su segundo largometraje.
Unos horribles asesinatos unen la vida de tres hombres muy diferentes entre sí: Gidi, el padre de la última víctima, sediento de venganza; Micki, un detective de policía poco convencional que actúa en los límites que le permite la ley demostrando gran fobia por los pedófilos asesinos, y Dror, un introvertido profesor de instituto, que es el principal sospechoso de los crímenes. En los dos primeros coinciden el ánimo de venganza con el de justicia.
No conocemos otros thrillers israelíes pero éste tiene unas característica de dureza inusitadas, en las que los dos hombres, el padre y el policía, para hacer hablar al sospechoso no se cortan un pelo a la hora de ejercer la tortura, ya sea con un martillo, unos alicates, una sierra o un soplete, que aplican a distintas partes del cuerpo.
El film comienza con unos niños jugando al escondite y como resultado una de las niñas ha desaparecido y tan solo queda su zapato rojo en el armario donde se escondió.
Tras la búsqueda de la policía aparece en un descampado atada a una silla, torturada, violada y sin cabeza.
Lo que sigue después es la venganza del padre, las torturas a las que se une el abuelo de la niña y la investigación policial.
Un chico graba los ilegales procedimientos que emplea la policía para que confiese el sospechoso y lo sube a la red, por lo que Micki, es apartado del caso, no obstante por su cuenta intenta demostrar que tenía razón.
En el guion se incluye una crítica a la sociedad israelí, a la intolerancia religiosa, al machismo, al miedo a los atentados, al gobierno y a los procedimientos policiales, a la violencia, a la pedofilia, etc. lo que hace dudar a las gentes de la clase dirigente. Deja el final abierto a lo que el público quiera creer y quien lleva razón.
Algunos han querido ver en su argumento una cierta relación con el cuento 'Caperucita y el lobo', de Charles Perrault, tal vez por que la chica va vestida de rojo, lo niños que juegan en el bosque y los animales que torturan o violan a las niñas, a lo que hace referencia el título por aquello de los lobos.
La traducción del título hebreo es '¿Quién teme al lobo feroz?'.
La cinta está muy cuidada en el aspecto técnico, funcionando como un reloj, con una pulcra puesta en escena y un trabajo muy correcto de actores desconocidos del público español que interpretan unos personajes muy bien perfilados, para este sangriento thriller israelí, que mantiene la tensión de principio a fin a pesar de su claustrofóbico escenario, que no deja indiferente.
Una gran calidad de sonido y una música demasiado estridente para su banda sonora.
Hay que agradecerle a Quentin Tarantino que dijera que para él era la mejor película del año (2013) pues de lo contrario hubiera pasado desapercibida y no se hubiera visto aquí.
Premio María a la mejor dirección y mención especial a la banda sonora. Cinco premios de la Academia del cine israelí. Premio del jurado a la mejor película y guion en el Festival Fantasía. Mejor director y actor Doval'e Glickman en Fantasport. Premio especial al conjunto de actores en Toronto. Y así hasta una veintena de festivales como Tribeca, Austin, Montreal, etc..