Título: |
ETERNAMENTE JOVEN |
|
Tit. Orig.:
|
FOREVER YOUNG |
Nacionalidad: |
EE.UU., 1992
|
|
Dirección: |
STEVE MINER |
|
Guión: |
JEFFREY ABRAMS |
Fotografía: |
RUSSELL BOYD |
Música |
JERRY GOLDSMITH |
Interpretes: |
MEL GIBSON, JAMIE LEE CURTIS, ELIJAH WOOD, ISABEL GLASSER, GEORGE WENDT, JOE MORTON, NICOLAS SUROVY, DAVID MARSHALL GRANT |
Censura: |
AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS |
|
Duración: |
100 MINUTOS |
|
Por PACO CASADO
Esta es una historia que hubiera podido firmar el propio Frank Capra. Pero esto no quiere decir que la película tenga la misma calidad del cine del gran director, considerado el rey de la comedia.
Sin embargo y a pesar de haber sido dirigida por Steve Miner, un realizador habituado a los films violentos como 'Viernes 13, 2ª parte' (1981), 'Viernes 13, 3ª parte' (1982), 'House, una casa alucinante' (1986) etc., y que ciertamente no se ha destapado que sepamos, hasta ahora, como un genio del cine, sí tiene una serie de elementos que hacen que consiga un nivel al menos aceptable, para hacer pasar un rato bastante agradable al público y tampoco irritar a la crítica.
Comienza por tener un guion bastante correcto, debido a Jeffrey Abraham, autor del de 'A propósito de Henry' (1991), una cinta de corte similar y que está en esta misma línea, que toca el tema con un estilo sencillo, correcto, sin caer en sensiblerías lacrimógenas, lo que es muy de agradecer, ni tampoco en situaciones excesivamente manidas.
Está llevada con un buen pulso narrativo, con una acreditada música del ya desaparecido Jerry Goldsmith y con un notable trío de actores, con un Mel Gibson de sufriente protagonista que desea recuperar a su amor fallecida debido a un accidente.
Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.