Título: |
EL ÚLTIMO REY DE ESCOCIA |
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Tit. Orig.: |
THE LAST KING OF SCOTLAND | |
Nacionalidad: | INGLATERRA, 2006 | |
Dirección: | KEVIN McDONALD | |
Guión: |
PETER MORGAN, JEREMY BROCK. Basados en la novela escrita por GILES FODEN |
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Fotografía: |
ANTHONY DOD MANTLE |
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Música |
ALEX HEFFES |
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Interpretes: |
FOREST WHITAKER, JAMES McAVOY, KERRY WASHINGTON, GILLIAN ANDERSON, SIMON McBURNEY, CHRIS WILSON, SAM OKELO, ADAM KOTZ |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18AÑOS | |
Duración: |
118 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
No es la primera vez que la figura de Idi Amin se lleva al cine, ya lo hizo anteriormente Barbet Schroeder en un documental bastante aceptable en el que colaboraba el propio interesado y lógicamente era un tanto partidista, mostrando únicamente un aspecto de la realidad y dejando fuera la faceta más brutal del personaje.
Esta nueva versión podía ser la otra cara de la moneda al enseñarnos esos otros aspectos que faltaban allí, mientras que su personalidad de hombre dicharachero y atractivo para las masas sí está presente en esta versión junto al dictador cruel que cortó la vida a más de un cuarto de millón de sus compatriotas.
Esta película podría reabrir la eterna polémica de la fidelidad a la base literaria que tiene o por el contrario ajustarse a la realidad del personaje retratado.
El film se basa en la novela del periodista inglés Giles Foden (Premio Whitbread 1998), que se inventa al personaje de Nicholas Garrigan, un joven escocés recién licenciado, que se convierte en el médico particular del dictador y posteriormente en su mano derecha, inspirado en su asesor real Bob Astles.
Lo que comienza casi como un documental sobre el ascenso al poder de Idi Amin, tras ser derrocado Milton Obote con un golpe de Estado, que promete el bienestar a su pueblo y como tal es bien aceptado, y con una reflexión acerca del poder político, termina convertido en un thriller del que se apodera el suspense en los últimos minutos, mientras pasa por encima de acontecimientos que tal vez fueran importantes como la expulsión del país de los ciudadanos de origen asiático, el secuestro de Entebe, por ejemplo, o el derrocamiento de Amin en 1979 tras dejar una Uganda ruinosa después de sus ocho años de presidente.
En este sentido el desequilibrado guion tiene huecos en esa parte final y falta de profundidad, rellenados con varios convencionalismos ficticios.
Kevin McDonald deja ver su dominio de buen documentalista en la primera parte y su falta de experiencia en los largometrajes de ficción en la segunda mitad.
Para compensar se apoya decididamente en las dos columnas interpretativas que forman Forest Whitaker y James McAvoy, que si bien está el veterano como para haber recibido el Globo de Oro y el Oscar, capaz de pasar en el mismo plano de parecer pueril e inocente a mostrarse el más monstruoso de los dictadores, no menor respuesta le da el recién llegado, que termina convirtiéndose en cómplice de sus excentricidades y monstruosos crímenes.
Ganó el Bafta al mejor guion y a Forest Whitaker. Tres Bafta del cine escocés: Película, James McAvoy y Guion.