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CRITICA
Por: PACO CASADO
El realizador argentino Juan José Campanella, afincado en el cine americano, debutó con una impactante película titulada 'El niño que gritó puta' (1991), que tuvo buenas críticas pero una irregular carrera comercial.
Seis años más tarde hace su segunda incursión en el cine americano, tras dedicarse en ese tiempo a la televisión, con la adaptación de una novela de José Pablo Feinman.
Una pareja, formada por una atractiva cantante y un pianista, que se gana la vida humildemente en un club barato, ve la oportunidad de salir adelante con la proposición que le hace un detective, antiguo amigo del marido, de seducir ella a un millonario para conseguir pruebas y que su mujer pueda obtener el divorcio.
El plan es interesante, pero los resultados no son los deseados.
El interés despertado por Campanella con su ópera prima hacía que nos llamara la atención contemplar esta nueva producción suya, con el atractivo añadido de Aitana Sánchez Gijón en la cabecera del reparto.
Lo primero se nos desinfla en un guion con una resolución poco convincente, en cuyo relato se introducen unos flashes de la novela que el protagonista está escribiendo que, lejos de aportar algo, lo único que hace es embarullar la narración sin venir a cuento, y a través de una puesta en escena bastante corriente.
Lo segundo es lo más interesante del film, la siempre grata presencia de Aitana Sánchez Gijón que no desmerece en absoluto del resto del reparto, sino todo lo contrario, en el que luce con luz propia la veteranía y aplomo de Terence Stamp haciendo del mayor británico, que es el esposo al que ha de seducir la protagonista.
Esperemos que las ilusiones que teníamos con este realizador no se desvanezcan definitivamente en su próxima cinta.
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