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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los guionistas de las películas de terror tratan con frecuencia de buscar lugares originales donde situar los argumentos y que puedan sorprender al espectador.
En este caso este tenso thriller sobrenatural está ambientado en un escalofriante bosque de Japón y explora el miedo de las personas que allí se adentran y de alguna manera afrontan su pasado.
Es una producción de bajo presupuesto dentro del género, con un viaje emocional con elementos psicológicos.
Sarah y Jess Price son dos gemelas, que se quedaron huérfanas a los seis años al morir los padres en un accidente atropellados por un conductor ebrio.
Ambas tienen caracteres muy distintos pero están unidas por una conexión muy especial, que les permite percibir lo que su otra hermana siente aunque estén muy lejos entre sí.
El film cuenta el intento de Sara de rescatar a su hermana gemela cuando al ir de excursión al bosque con las alumnas a las que le da clase en una escuela de Japón, su rastro se ha perdido en el legendario bosque Aokigahara, a los pies del monte Fuji, conocido como Jukai o mar de árboles, un lugar muy famoso entre los japoneses por ser donde cada año acuden docenas de personas para acabar con su vida suicidándose o de ancianos que han sido abandonados por sus familiares, cuando son muy mayores o están enfermos, por no poder cuidarlos.
En ese lugar no funcionan las brújulas ni tienen cobertura los móviles debido al hiero que posee el monte Fuji.
Previamente a adentrarse en el maldito bosque conoce en un bar a Aiden, un periodista australiano, que se interesa por su historia y se brinda a ayudarla en compañía de Michi, un guía forestal que se dedica a rescatar los cadáveres de los suicidas.
A pesar de todas las advertencias de "mantenerse en el sendero", ella se interna en el bosque decidida a descubrir la verdad sobre el destino que ha corrido su hermana, pero al hacerlo se enfrentará a las almas atormentadas de aquellos que han muerto en ese lugar y que asedian a todo aquel que deambule por allí, produciendo fenómenos paranormales.
Lo que trata de hacer a esta cinta diferente de otras de terror es su punto de partida, que también utiliza el exotismo y el misterio de este aterrador lugar del mal en contradicción con lo hermoso y espiritual que resulta.
El anodino y previsible guion, con una intriga vulgar, intenta introducir algunos momentos de suspense en lo referente a la actitud de un determinado personaje y por supuesto no se priva de los habituales sustos baratos al espectador tan frecuentes en el género cayendo así en todos los tópicos.
Por otra parte el diseño de los personajes es bastante endeble y la parte final de la trama es infumable sobre todo en la precipitada terminación de la misma que decepciona totalmente.
La actriz Natalie Donner se encarga de interpretar a las dos hermanas gemelas, una rubia y otra morena para distinguirla, pero su labor no es nada destacable en esta ocasión, siendo lo mejor de la película.
La fotografía es bastante oscura en las escenas nocturnas y la música, como es habitual, colabora a subrayar los momentos más sorpresivos y de pesadilla de esta ópera prima de Jason Zada, tras realizar tres largometrajes, cuya artificial dirección no aprobaría en un examen de escuela.
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