Fue un acierto elegir Cádiz, que da muy bien la ambientación de la España del 65, muy apta para deslizar una crítica a la represión, tanto del Estado como de la Iglesia, que la juventud y la universidad española sufrían en aquellos años. Emma Suárez asume con desparpajo su papel, y el resto del juvenil reparto se ajusta a lo requerido por una dirección más artesanal que inspirada.
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