A través de un guion intencionado y bien construido, pleno de situaciones humorísticas que rezuman frescura y originalidad Stanley Donen y Gene Kelly, ponen de manifiesto una vez más su talento coreográfico en números que contrastan con la sencillez aparente de la idea, con la profundidad contenida realmente en ellos, interpretados por excelentes bailarines.
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