Woody Allen decidió volver a sus inicios, a hacer un guion sin complicaciones, ni aspectos filosóficos, escondidos, sobre un ladronzuelo que con unos compinches monta el atraco a un banco por el procedimiento del butrón y le sale mal, pero aún así se hace millonario. Lo mejor es la primera media hora, deudora de Rufufí, hasta que cambia la suerte de los protagonistas.
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