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Tal como demostró la recaudación de ‘The Purge: La noche de las bestias’, el público se sintió fascinado por el concepto que presentaba la película, y muchos espectadores se hicieron la siguiente pregunta: “¿Qué pasaría si esto ocurriese en mi barrio?” Pero el director James DeMonaco y el productor Sébastien K. Lemercier plantearon la película como una producción de presupuesto reducido que hablara de la sociedad actual. El director fue el primer sorprendido al descubrir que el concepto tenía un alcance tan universal: “Sébastien y yo siempre creímos que sería una película independiente, políticamente subversiva, que se proyectaría en pequeñas salas de arte y ensayo de Los Ángeles y Nueva York. Para empezar, la familia que protagoniza la primera entrega no es especialmente aristócrata, lo que no cuadra con las producciones de Hollywood. Planteamos ‘The Purge: La noche de las bestias’ como una especie de cuento moral sobre una familia de advenedizos y lo que aprenden sus miembros acerca de la violencia, el dinero y las clases sociales. La idea era que fuera mucho más provocativa que comercial, pero al parecer, ahora es ambas cosas”. El cineasta pensó que una secuela le permitiría expandir el concepto y mostrar al público lo que pasaba en el mundo que él imagina y que va mucho más allá de la urbanización donde transcurre la primera entrega. Para este nuevo relato, el realizador ha escogido un lienzo mucho más amplio, en el que muestra al público lo que significa salir a la calle esa noche y vivir la Purga en la piel de personas que no pueden permitirse el lujo de una casa con los mejores sistemas de seguridad. Los productores eran conscientes de que el éxito de la primera película se debía enteramente a la intuición del guionista y director, y estaban seguros de que iría aún más lejos con la segunda. Sébastien K. Lemercier ha trabajado en varias ocasiones con James DeMonaco y dice que su intención es, sobre todo, interesar al espectador. Los cineastas pensaron que la mejor forma de satisfacer al espectador era sacando la historia de entre las paredes de una casa. “Queríamos ofrecer la perspectiva de un grupo atrapado en un entorno urbano que nos permitiera mostrar al público todo lo que ocurre la noche de la Purga”, sigue diciendo.
Dispuestos a expandir el mundo que habían creado en la primera entrega, James DeMonaco y los productores reunieron a un equipo técnico de mucho talento capaz de plasmar el universo que habían imaginado. El diseñador de producción Brad Ricker y su equipo diseñaron una ciudad de Los Ángeles cruda y violenta sirviéndose de calles ya existentes y rehuyendo, siempre que fuera posible, construir en platós. Para crear la sensación de un país dirigido por los NFA, el diseñador de producción Brad Ricker se esforzó en crear un futuro creíble y nada utópico. “James y yo hablamos de la historia, de la época en que transcurre”, explica. “Está situada en el futuro, pero no queríamos inventar un futuro totalmente nuevo porque se convierte en un mundo limitado. Nos pareció que en diez años no podía haber cambiado tanto. Tampoco queríamos rediseñarlo todo”.El diseñador de producción añade: “Siempre es bueno trabajar con un director que también es el guionista. James sabe lo que quiere de la historia, conoce el mundo que ha inventado, tiene una visión concreta. Pero también está dispuesto a escuchar las sugerencias de los miembros de su equipo, todos colaboramos”. Gran parte de la película se rodó en las calles del centro de Los Ángeles y en barrios conflictivos. “A veces, cuando se rueda en platós, el decorado acaba pareciendo demasiado perfecto, limpio. Las calles son bonitas, las esquinas son perfectas”, dice el productor Brad Fuller. “Pero cuando se rueda en el centro de Los Ángeles, las calles viven, hay gente viviendo allí. Si a eso añadimos el ruido de los helicópteros y las luces, la ambientación es mucho más realista”.
La experimentada diseñadora de vestuario, Hala Bahmet, se encargó de vestir al reparto, asegurándose de que su ropa encajara con los personajes y las circunstancias. Nunca queda claro si Leo, el protagonista, pertenece al ejército o a la policía, pero dispone de un increíble arsenal de armas y sabe cómo usarlas. La diseñadora se reunió en varias ocasiones con Frank Grillo antes del rodaje.