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Acostumbrado a escribir guiones que no hacen concesiones, como ‘Negociador’ o ‘Asalto al distrito 13’, James DeMonaco se inspiró en un par de acontecimientos inesperados para el guión de este film. Concretamente, la idea surgió cuando su esposa y él casi sufren un accidente mortal por culpa de un conductor imprudente. “Preso de ira, salí del coche para insultarle”, recuerda el guionista. “Mi esposa consiguió meterme en el coche de nuevo. Una vez dentro, se volvió hacia mí y me dijo: ‘¿No sería genial si tuviéramos total libertad una vez al año?’. Me pareció un pensamiento tremendamente sombrío, sobre todo por parte de una médica, y se me quedó grabado”.
Unos años después, mientras rodaba una película en Toronto, se quedó viendo la televisión una noche y se dio cuenta de que las noticias eran mucho menos violentas que en Estados Unidos. Le sorprendió que los medios del país vecino no estuvieran tan atraídos por la violencia y sintió una gran curiosidad por saber si Estados Unidos era único en ese aspecto, y si era así, ¿por qué el telespectador estadounidense está más pendiente de este tipo de noticias, por qué le obsesionan? Le vino a la mente la frase de su esposa, dando pie a una imagen tremenda de lo que podría llegar a ser la sociedad estadounidense.
El director y su socio productor, Sébastien Lemercier, tardaron unos tres años en desarrollar el guión. Durante ese tiempo exploraron el recorrido de cada personaje y de qué forma afectaría la noche de ‘La Purga’ a los cuatro miembros de la familia Sandin. Decidieron que el tono de la historia debía estar más cerca de una obra moral que de una historia de ciencia-ficción.
El guionista y director siempre pensó en un presupuesto modesto que, a su vez, le garantizara cierta libertad creativa, ya que quería dirigir el proyecto. En 2009, Sébastien Lemercier y James DeMonaco presentaron el guión a Jason Blum. En calidad de productor de las tremendamente exitosas entregas de ‘Paranormal Activity’ y otras películas de minipresupuestos con elevadas recaudaciones, como ‘Insidious’ y ‘Sinister’.
“Muchos realizadores se echarían atrás ante el reto que representa rodar un largometraje en tan poco tiempo, pero James DeMonaco no solo estaba dispuesto a intentarlo, también ha quedado muy satisfecho con el resultado. “La película encajaba perfectamente con el presupuesto y calendario de los productores”, dice. “Y eso nos obligó a ser más creativos y más eficientes. También ayudó que todos los miembros del equipo se conocieran”.
Encontrar la casa que serviría de escenario principal para la terrible noche resultó ser mucho más difícil de lo previsto. “Fue muy complicado encontrar la casa que imaginaba en Los Ángeles”, recuerda James DeMonaco. “No quería que pareciera Los Ángeles, sino una zona indeterminada que representara a los nuevos ricos de un futuro próximo”.
El productor Brad Fuller está de acuerdo en que fue todo un reto encontrar la casa, especialmente para la diseñadora de producción Melanie Paizis-Jones. “Todos estábamos de acuerdo en que la casa era la verdadera protagonista de la película”, dice. “Buscamos por todas partes antes de encontrar el lugar ideal en Chatsworth, California. Al principio no hubo manera de llegar a un acuerdo con el dueño, pero al final decidimos acortar el rodaje para poder pagar lo que nos pedía por la casa”.
Dada la importancia de la casa en el thriller, debía ser perfecta por dentro y por fuera. “Los decorados son de suma importancia en nuestras películas porque suelen transcurrir en una sola localización”, dice Jason Blum. “Encontramos la casa ideal, tenía unos 900 metros cuadrados. Las casas de ese tamaño suelen ser llamativas, pero esta no lo era. Al contrario, era fácil imaginar a una familia en su interior”.
Teniendo en cuenta que la historia de la película transcurre dentro de nueve años, la diseñadora de vestuario Lisa Norcia no quería que los colores y el estilo de la ropa fuesen demasiado futuristas, aunque debían tener un toque distópico. “Cuando leí el guión, el proyecto empezó a cobrar vida en mi cabeza”, dice la diseñadora. “Tenía una idea muy definida de cómo debía ser la ropa. A la semana, me reuní con James y le comenté mis ideas. Me sorprendieron las pocas diferencias que había entre su visión y la mía”.