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SINOPSIS
John Wick es un asesino a sueldo que vive en el retiro el cual debe abandonar ya que su antiguo socio se encuentra metido en un lío con una siniestra hermandad de asesinos. John viaja hasta Roma para ayudarle y enfrentarse a los asesinos más despiadados...
INTÉRPRETES
KEANU REEVES, IAN McSHANE, RUBY ROSE, BRIDGET MOYNAHAN, PETER STORMARE, JOHN LEGUIZAMO, LAURENCE FISHBURNE, DAVID PATRICK KELLY, THOMAS SADOSKI, COMMON, LANCE REDDICK, HEIDE MONEYMAKER, TOSHIKO ONIZAWA
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
PREMIERE
John Wick: Otro día para matar (2014)
John Wick 3: Parabellum (2019)
John Wick 4 (2023)
{slider INFORMACIÓN EXCLUSIVA} LA PRODUCCIÓN... {/sliders {slider PREMIOS Y FESTIVALES}
“John Wick (Otro día para matar)” se convirtió en un éxito sorpresa en 2014, al conectar con un público que anhelaba ver a Keanu Reeves regresar al cine de acción total. La cinta logró convertirse en un título de culto gracias a su hiperdinámica interpretación de las secuencias clásicas de tiroteos y artes marciales, y su éxito global obligó a los productores a plantearse la inevitable pregunta: ¿Qué hacer en una posible segunda entrega? Para Reeves, la respuesta estaba clara: más acción, una mayor escala y profundizar aún más en la lucha interna del personaje principal.
“En la segunda película”, comenta Reeves, “queríamos ampliar ese mundo del hampa, así que hemos introducido un nuevo elemento. En la original, teníamos la hermandad de asesinos conocida como el Continental, ahora hemos añadido una asociación llamada la Alta Mesa, en la que tienen su sitio todos los distintos grupos del crimen organizado de todo el mundo”.
Los productores se esforzaron mucho por evitar una repetición evidente de la premisa de la primera entrega. “No queríamos hacer algo genérico y volver a la misma fuente emocional”, aporta el productor Basil Iwanyk. “Al mismo tiempo, queríamos contentar a nuestros fans, tanto hombres como mujeres, así como a espectadores que no suelen ver cine de acción, al ofrecerles a todos una forma de conectar emocionalmente con la película, sin repetirnos”.
JOHN WICK. PACTO DE SANGRE está escrita por Derek Kolstad, que se dio a conocer con la entrega original de “John Wick (Otro día para matar)”, su primer guion especulativo producido. “Cuando Keanu aceptó interpretar a John Wick, fue un sueño hecho realidad”, afirma este escritor natural de Wisconsin, que puso al personaje principal el nombre de su abuelo. “El hecho de que la película tuviera tanto éxito y que ahora hayamos hecho una secuela resulta más increíble todavía”.
Mientras trabajaban en el guion, el equipo responsable del proyecto buscaba ampliar la escala, a la vez que se mantenían fieles al concepto básico de la entrega original. “Había muchas encarnaciones de villanos y escenarios”, comenta la productora Erica Lee. “Esta historia da la sensación de ser más grande y con más villanos que la primera, sin dejar de ser emotiva. Eso es importante, porque Keanu es uno de esos escasos actores al que adoran tanto hombres como mujeres. Para ser un sicario, por la forma que tiene Keanu de interpretarlo, John Wick genera una enorme empatía y queríamos asegurarnos de que la trayectoria que seguía en nuestra secuela hiciera que los espectadores siguieran estando de su parte”.
Además del esperado regreso de Reeves a la acción en la gran pantalla, “John Wick (Otro día para matar)” también fascinó a los espectadores con su retrato del Continental, una sociedad secreta de asesinos con siglos de antigüedad que se rige por un código inflexible. Para seguir explorando esas reglas en JOHN WICK. PACTO DE SANGRE, Kolstad introdujo el concepto de una deuda irrevocable simbolizada por una moneda de oro o “ficha”. “John Wick entregó la ficha para poder dejar atrás esa vida”, explica el guionista. “Y ahora que ha reaparecido, se han presentado para cobrar la deuda. Pero John Wick ha cambiado”.
“Nos encantó la idea de la ficha, porque nos permitía introducir a un nuevo villano y seguir explorando el Continental”, comenta Lee. “Una razón importante por la que el público conectó con John Wick es que mostramos los entresijos de un mundo de asesinos y a los tipos que trabajan en él. La ficha amplía esa mitología, y, dado que son tangibles, esas fichas se convirtieron en algo a lo que podías agarrarte, cinematográficamente hablando”.
“El hecho de que John Wick se vea obligado a pagar esa antigua deuda también cambia el tema de la película, de la venganza a toda costa de la cinta original al concepto de que, incluso en los bajos fondos, los actos tienen consecuencias”, señala el productor ejecutivo David Leitch. “En la original, John Wick vive en un mundo en el que no parece haber consecuencias por matar a gente. En la secuela, Wick se verá obligado a afrontar su violento pasado. Al tener que hacer frente a la ficha y a sus propias decisiones impulsivas, el asesino paga caro sus crímenes”.
Para el director Chad Stahelski, JOHN WICK. PACTO DE SANGRE representaba una oportunidad de profundizar en el universo de Wick, tanto visual como geográficamente. Fichó al colaborador de Guillermo del Toro, Dan Laustsen (“La cumbre escarlata”) para que fuera su director de fotografía. “Optamos por un aspecto panorámico y utilizamos lentes anamórficas porque queríamos llevar al límite cuánto podíamos llenar cada encuadre. El diseño de producción y la fotografía ayudaron mucho a ampliar el mundo de John Wick”.
El épico estilo visual de la secuela coincidió con una exploración más profunda del personaje de Wick y las reglas autoimpuestas por las que rige su vida. “Si te fijas en cualquiera de las primeras películas de samuráis de Akira Kurosawa o de los wésterns de Sergio Leone, los héroes de esas películas tenían cada uno su código”, comenta Stahelski. “Uno de los aspectos más interesantes de John Wick es que tiene un código, ya esté del lado equivocado de la ley o del correcto”.
El director traza un paralelismo entre el actor y su personaje. “Keanu Reeves se parece mucho a John Wick en el sentido de que es un hombre de precisión y tenacidad”, opina Stahelski. “En ese aspecto, Keanu también tiene su propio código”.
HACER UN BUEN TRABAJO...
Reeves no solo fue el eje central de la acción de JOHN WICK. PACTO DE SANGRE, sino que también desempeñó un papel fundamental tras las cámaras para poner en marcha la serie. El actor defendió al veterano director de segunda unidad Chad Stahelski, que coordinó las escenas de acción para Reeves en las películas de Matrix, para que dirigiera ambos filmes. “Cuando estás hablando de directores primerizos y tienes a tu estrella de cine diciendo: ‘Este es alguien en quien creo’, eso le facilita la vida a todos”, señala Iwanyk.
“Keanu ha tenido mucho que decir desde el primer día en todo el proceso”, prosigue Lee. “En cierto sentido, personifica a John Wick hasta tal punto que resultaba muy importante para nosotros mantenerlo totalmente arraigado en el entramado de la película. Pasé muchos domingos en casa de Keanu, seis horas seguidas, hablando del guion. Es muy inteligente, entiende cómo se hace el cine y es sumamente exigente consigo mismo. Keanu se esfuerza mucho para que todo salga bien”.
Reeves comenta que crear la secuela fue un esfuerzo conjunto. “JOHN WICK. PACTO DE SANGRE empezó con un guion de Derek Kolstad, guionista de las dos primeras entregas. El productor Basil Iwanyk, Chad y yo mantuvimos conversaciones sobre la dirección que nos gustaría que tomara la historia, tanto antes de que Derek empezara a escribir como después de que llegara con un primer borrador”.
La historia de JOHN WICK. PACTO DE SANGRE es el viaje de un sicario complicado, que se esfuerza por proteger la versión más amable y tranquila de sí mismo que adoptó tras retirarse del negocio, pero que se ve incapaz de hacerlo por una deuda que tiene contraída. “John Wick ha entregado una ficha a ese tal Santino, interpretado por Riccardo Scamarcio”, explica Reeves. “Según las reglas, si el portador de la ficha acude a ti con intención de canjearla y no haces lo que te pide, morirás. Si matas al portador de la ficha, morirás. Así que John tiene un problema”.
Stahelski animó a Reeves a resaltar esas dos facetas contrapuestas de la personalidad de Wick. “Keanu tiene ocasión de ser un poco más blando con John, el civil, y un poco más duro con John Wick, el asesino”, aporta Stahelski. “Vemos ambas facetas de este personaje de formas más extremas, lo que siempre es divertido de observar en un actor”.
Wick es un hombre de pocas palabras que alterna entre dos estados de ánimo. “Cuando John Wick se enamoró, pensó: ‘Tengo que dejar de matar a gente’, pero cuando vuelve a verse sumido en su antigua vida, se convierte en una especie de Superman de la compartimentación. En su faceta de asesino, no siente remordimientos. La diferencia es que John Wick solía luchar por otras personas. Y ahora John Wick lucha por su propia independencia”.
DE VUELTA A LA ACCIÓN...
A medida que se amplía el mundo de Wick, descubrimos más sobre cómo operan algunos de los personajes de la primera entrega en el entorno de John. Winston, el imperioso jefe del Continental interpretado por Ian McShane en el filme original, regresa como una presencia intimidatoria en JOHN WICK. PACTO DE SANGRE. “Ian no trabajó más que un par de días en la primera película, pero tuvo un impacto enorme en la historia y en cuánto disfrutaron los espectadores con ella”, afirma el productor Iwanyk. “Una de nuestras ambiciones para el segundo capítulo era ahondar más en el personaje de Ian, para que pudiéramos profundizar en la relación de Winston con John y con el resto de este mundo”.
McShane, más conocido entre los espectadores por su emblemático papel de Al Swearengen en la serie del Oeste de HBO “Deadwood”, estaba encantado con la oportunidad de volver al mundo de John Wick. “A Winston le gusta John y lo ve como un asesino de gran talento”, comenta el actor británico. “Keanu aporta una inocencia herida al papel, que creo que es estupenda para John Wick, con su sentido de la justicia”.
También regresa en la secuela Lance Reddick, que repite su papel de Caronte, el imperturbable conserje del hotel Continental. Reddick se alegró de poder volver a trabajar con Reeves, un actor del que admira su ética de trabajo. “Cuando trabajas con una estrella del calibre de Keanu, nunca sabes con qué clase de ego te puedes encontrar”, comenta el actor. “Pero con Keanu, no es cuestión de ego, es una simple cuestión de trabajo”.
Cuando se metía en la piel del personaje de John Wick, Reeves resultaba imponente, según Reddick. “Keanu tiene una presencia increíble, que me recuerda a Clint Eastwood. Recuerdo mi primera escena con él en ‘John Wick (Otro día para matar)’, cuando entraba en el hotel y me miraba. Sé que no es físicamente posible, pero me pareció ver que sus ojos se ponían negros. Sentí como si me atravesara con la mirada. Nunca había tenido una experiencia así”.
El actor ganador del premio Emmy John Leguizamo también repite su papel en JOHN WICK. PACTO DE SANGRE, interpretando de nuevo al amigo de Wick, Aurelio, el mecánico. Mientras realizaba la promoción de la primera película con Reeves, Leguizamo dice que se hicieron amigos. “Keanu es un tipo alucinante. Llegamos a conocernos un poco mejor en la vida real, así que en JOHN WICK. PACTO DE SANGRE se puede ver que nuestros personajes son un poco más amigos. Así funciona el cine. Cuanto más conoces al otro actor, más cómodo te sientes con él ante la cámara”.
UN NUEVO REPARTO PARA MORIRSE...
En el nuevo filme, John Wick se ve arrastrado de vuelta a una vida de violencia a instancias de Santino D’Antonio, un taimado psicópata interpretado por Riccardo Scamarcio. Scamarcio, descrito por la revista Variety como “el George Clooney italiano”, reunía todos los requisitos de los productores para el villano principal. “Santino es probablemente el personaje más importante a la hora de hacer el casting, porque tu película solo es tan buena como tu villano”, opina el productor Lee. “Tuvimos mucha suerte con Michael Nyqvist en la primera. Para la secuela, necesitábamos a alguien tan amenazador, pero también tenía que ser un poco extravagante, tener cierta fanfarronería, tener fuego en la mirada. También tenía que proceder de Italia y resultar verosímil en ese mundo”.
Tras una búsqueda de cuatro meses, los productores oyeron hablar de Scamarcio y organizaron un chat de vídeo entre el actor y el director Stahelski. “Llamé por Skype a Riccardo y respondió como si se acabara de levantar de la cama, sosteniendo un cigarrillo y, aun así, tenía buen aspecto”, recuerda Stahelski. Durante la audición a larga distancia, Scamarcio se metió rápidamente en la piel del personaje del gánster fanfarrón. “Se sabía el papel al dedillo, a partir de la página que le habíamos enviado y, al segundo minuto, ya me tenía enganchado. Con Riccardo, cada movimiento de cejas, cada pequeño gesto significa algo. Su cuerpo posee una fluidez que resulta impecable y, además, le sientan estupendamente los trajes”. Reeves quedó encantado con la energía que exhibía en pantalla su compañero de reparto. “Riccardo aporta fuerza, humor y patetismo, además de parecer letal”, plantea la estrella. “Ofrece una interpretación cargada de matices... y encanto”.
La relación entre Wick y Santino mantiene un aire de misterio. “Santino le prometió: ‘Mientras permanezcas retirado, nunca me cobraré esta ficha’, explica Iwanyk. “Naturalmente, John no se mantuvo retirado. Así que ahora, semanas después de terminar la primera película, Santino se presenta a cobrar su deuda, porque lo han pasado por alto, en favor de su propia hermana, para dirigir a la Camorra en Italia”.
La hermana de Santino, Gianna, está interpretada por la actriz italiana Claudia Gerini, a quien Scamarcio recomendó. Gianna dirige un sindicato del crimen desde su lujoso cuartel general en Roma, y sorprende a John Wick cuando este se presenta en su casa para cumplir su letal misión. “John no quiere matar a Gianna porque se conocen desde hace tiempo”, aporta el productor Iwanyk. “Por desgracia, hay unas reglas que no se pueden infringir. John lo descubre por las malas. Así que vuelve a verse metido en ese mundo”.
El rapero, actor y músico Common interpreta a Cassian, jefe de seguridad de Gianna y experto asesino que choca con John Wick en tensos enfrentamientos en Roma y en la terminal de transporte del World Trade Center de Nueva York. “John Wick y Cassian son rivales, pero también nos respetamos”, explica Common. “Ya sea en el deporte, la música o los sicarios, cuando alguien es grande, hay que mostrarles respeto”.
“Podría pensarse que Cassian no es más que un matón, dado que es jefe de seguridad”, prosigue. “Pero desde su primera aparición, se puede ver que es ingenioso y posee cierta sofisticación que no suele verse en la gente que trabaja en seguridad. Simplemente por su forma de calcular y moverse, se puede apreciar su inteligencia. También disfruto interpretando a Cassian porque me brinda la ocasión de hablar italiano”.
Al aceptar el papel de Cassian, Common se comprometía a meses de rigurosa preparación de especialistas. “Le preguntamos a Common: ‘¿Qué te parece pasar las próximas ocho semanas de tu vida viviendo con el equipo de especialistas?”, recuerda Stahelski. “Y respondió: ‘No me importa lo que haga falta, lo que quiero es hacer esta película con vosotros’. Common no se perdió ni una sola sesión de preparación”.
Reeves, que ya había aparecido antes con Common en la cinta de acción de 2008 “Dueños de la calle”, lo pasó bien acentuando la rivalidad en la pantalla de los personajes. “Common y yo encarnamos a personajes que tienen un cierto pasado, pero es algo profesional. Aun así, yo maté a su pupilo, así que él quiere matarme y es bastante vengativo. Pero incluso cuando luchan a muerte, sienten un cierto respeto mutuo, como dos viejos lobos de mar. Cuando llegan al territorio neutral del Continental, pueden sentarse, tomarse una copa y hablar de la vida”.
Los productores eligieron a Ruby Rose para hacer de Ares, la jefa de seguridad muda y dura como el acero de Santino. A Rose, una de las estrellas de la alabada serie de televisión “Orange is the New Black”, le entusiasmó la oportunidad de interpretar a un personaje que se salta los estereotipos de género. “Me encantó tener oportunidad de ser una encargada de seguridad que no es simplemente el interés romántico de alguien”, afirma. “En la primera película de John Wick, Adrianne Palicki interpretó a una chica alucinante, Ms. Perkins, que era letal. Tuvo su momento, así que, para JOHN WICK. PACTO DE SANGRE pensé: ‘¿Cómo vamos a hacer distinta a Ares?’”.
A diferencia de Perkins, Ares no recurre a sus artes femeninas como parte de su arsenal: “Ares es una experta a la hora de disparar, es una experta en artes marciales y es letal armada con un cuchillo”, observa Rose. “Podríamos haber tomado la decisión de hacer que Ares flirteara y atrajera a los hombres a un peligro desconocido. Pero no nos hizo falta, porque es un personaje andrógino sumamente fuerte que está al mando de un pelotón de hombres. Ponerme a mí al mando de esos hombres fue algo muy interesante de interpretar”.
PRESENTANDO AL REY DEL BOWERY...
JOHN WICK. PACTO DE SANGRE aporta al universo de Wick una nueva y cruda dimensión en la forma del Rey del Bowery. Interpretado por Laurence Fishburne, el críptico asesino dirige una red de asesinos aparentemente sintecho que esperan su momento en las calles de Nueva York. “El Rey del Bowery y sus fuerzas viven entre nosotros, en las sombras, y ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacen”, aporta Iwanyk. “Solía formar parte del mundo de John, pero ahora el Rey del Bowery ha decidido que no tiene sentido tratar de imponer disciplina entre los asesinos. Cree que el mundo es mucho más caótico, como si todo cuanto nos rodea fuera a desmoronarse y quedar reducido a cenizas. Cuando John necesita encontrar algo de solaz y armas, recurre al Rey del Bowery”.
Fishburne estaba entusiasmado de volver a trabajar con su compañero de reparto de Matrix tras haber admirado la primera entrega de John Wick por su trama directa y su humor sombrío. “Me pareció que la acción era alucinante y que tenía toques de humor negro”, comenta Fishburne, cuyo papel más conocido seguramente sea el de Morfeo, el mentor de Neo, el personaje interpretado por Reeves en la trilogía de Matrix.
En el verano de 2015, Fishburne se reunió con Reeves. “Le dije a Keanu cuánto me había gustado la primera película y que me encantaría trabajar con él si se presentara la oportunidad en una segunda entrega. Me enviaron el guion y, en cuanto lo leí, pensé: ‘Vale, esto va a ser estupendo’”.
Reeves concebía la reunión con Fishburne como una oportunidad de volver a disfrutar de una dinámica en pantalla que los fans de la ciencia ficción adoraron en la trilogía de Matrix. “Laurence y yo hemos seguido siendo amigos desde que trabajamos juntos en Matrix, así que tener la oportunidad de volver a actuar con él fue algo muy especial”, asegura. “Laurence es un Rey del Bowery perfecto, porque aporta fuerza, nobleza, autoridad, vulnerabilidad y humor al papel; además es carismático. Es un actor maravilloso”.
La historia común que tienen Reeves y Fishburne se tradujo en una fricción dramática palpable en la pantalla. “Todo lo que tiene que ver con el Rey del Bowery es alucinante porque no es lo que parece”, explica Fishburne. “Ninguno de esos es su gente, y tiene una larga relación con Wick. Tienen una historia que no es especialmente buena y eso crea tensión cuando se ven inicialmente las caras. Es un planteamiento estupendo”.
Al volver a trabajar con Fishburne 16 años después de Matrix, el director Stahelski disfrutó con la interpretación que ofreció el actor nominado al Óscar del Rey del Bowery como punto de entrada a nuevas dimensiones en el universo de John Wick. “Me encantó la idea de un mundo oculto que existe justo delante de nuestras narices en un entorno urbano como Nueva York, en el que cualquiera podría ser un asesino”, comenta Stahelski. “Podría ser un basurero, o un artista callejero o un sintecho”.
MANTENER LA REALIDAD...
John Wick deleitó a los espectadores con secuencias de acción que rehuían los trucos digitales a base de croma verde a favor de efectos ante la cámara y un trabajo intensivo del equipo de especialistas. Para la secuela, el director Chad Stahelski, el productor ejecutivo David Leitch y su equipo de 87Eleven Action Design sintieron la presión para subir el listón. “Lo que sentimos en todo momento era que habíamos matado a 84 personas en ‘John Wick (Otro día para matar)’, así que teníamos que matar a más aún en la segunda entrega”, comenta el productor Basil Iwanyk, que también señala que el número de muertos de la secuela alcanzó los 141 para cuando terminaron el rodaje. “Hemos ampliado bastante el estilo de lucha establecido en ‘John Wick (Otro día para matar)’”.
En vez de recurrir a un montaje rápido con trucos digitales, las interpretaciones de Reeves, sus compañeros de reparto y el equipo de especialistas dan vida a las escenas de lucha con todo lujo de sudorosos detalles. “Se trata de permitir a los espectadores ver a Common o a Keanu o a Ruby realizar ellos mismos la acción”, explica Stahelski.
Este enfoque imponía un enorme nivel de exigencia a los actores, sobre todo a Reeves. “Llevo mucho tiempo haciendo esto y Keanu es uno de los tipos más trabajadores con los que he colaborado nunca”, afirma el coordinador de especialistas J. J. Perry. “Es una mula de carga y un perfeccionista. Cuando combinas a Chad, que domina completamente cómo dirigir y filmar la acción, con Keanu, que sabe cómo realizarla, se consiguen unos resultados insuperables”.
Para JOHN WICK. PACTO DE SANGRE, Perry reunió a un equipo de especialistas compuesto en su mayor parte por militares veteranos. Perry, que empezó su propia carrera como especialista de cine a los seis meses de dejar las fuerzas armadas, dice que considera un privilegio incorporar a antiguos soldados a sus proyectos cinematográficos. “Soy un veterano de combate que sirvió cinco años en el ejército, así que estoy muy agradecido por su sacrificio y además sé reconocer que estos tipos tienen una ética de trabajo fantástica. Siempre apoyaré a los militares y a los veteranos”.
Sorprendentemente, Reeves no tuvo problema en seguirles el ritmo a los curtidos especialistas. Pasó cuatro meses metiéndose de lleno en el estilo brasileño de artes marciales que introdujeron los hermanos Machado. “Utilizamos su estilo de jiu-jitsu como punto de partida para todo el trabajo de base y de transición de Keanu”, explica Perry, que llevó a los maestros de lucha a Los Ángeles para supervisar personalmente la preparación de Reeves.
Reeves recibió con los brazos abiertos el jiu-jitsu brasileño, junto con todas las demás formas de infligir daño que utiliza su personaje. “El estilo de lucha de John Wick consiste fundamentalmente en defender o atacar de cualquier forma que pueda”, comenta el actor. “Combina judo y jiu-jitsu, e incluso llega al punto de usar un coche como arma. Tiene una voluntad muy firme”.
El ingenio, más que la fuerza bruta, es lo que distingue el estilo de lucha de Wick, lo que movió al director de la segunda unidad Prescott a describir al personaje como “una completa máquina de matar”. “Cualquier cosa que caiga en sus manos, lo usará para matarte. Creo que es lo que los espectadores quieren ver”.
La dedicación incansable de Reeves inspiró a sus compañeros de reparto a darlo todo en su preparación de las escenas de acción del filme. “Common y Ruby estaban deseando entrenar al estilo ‘John Wick’, con armas y jiu-jitsu y tomas más largas”, comenta Reeves. “Como estilo de lucha para una película, resulta muy exigente, porque necesitas dominar la complejidad, el juego de pies y la colaboración. Fue genial contar con tiempo para prepararme con Common y Ruby, de modo que pudiéramos interpretar las escenas casi como si fueran un baile”.
INTENSIFICANDO LA ACCIÓN DE LOS TIROTEOS...
En JOHN WICK. PACTO DE SANGRE volvemos a encontrar al personaje de Reeves inmerso en explosivas secuencias de “Gun-Fu”, que amplían las artes marciales más allá del combate cuerpo a cuerpo para incluir también las armas de fuego. Para adquirir la pericia necesaria con las armas, Reeves se preparó con el campeón de tiro de competición Taran Butler. “Disfruté mucho trabajando con Taran”, comenta el actor. “Fue una experiencia estupenda trabajar con un tirador tan experto. Es campeón con tres armas, lo que me ayudó con las transiciones de pistola a arma larga y a escopeta. Fue genial contar con él para que compartiera conmigo sus conocimientos y yo hiciera todo lo posible por adquirir mi propia pericia”.
Meses de sesiones con fuego real durante la preproducción ayudaron a Reeves a pulir sus habilidades de tiro, como pudo apreciarse en un vídeo de Reeves practicando en un campo de tiro con fusil que se hizo viral. “Chad quiere que todo parezca lo más auténtico posible”, explica Reeves. “Así que, con las armas de fuego, practicar con fuego real ayuda mucho a conocer cómo reacciona tu cuerpo y cómo te sientes. En otras palabras, no hay nada como disparar un arma de verdad para saber cómo se siente uno al disparar un arma”.
Stahelski pudo apreciar cómo toda esa preparación dio su fruto en cuanto las cámaras empezaron a rodar. “Keanu practicó tres o cuatro veces por semana durante 10 semanas, disparando entre 1000 y 1500 proyectiles de munición por sesión”, comenta. “Cuando conseguimos que cogiera soltura con fuego real, lo metimos en el gimnasio con réplicas de armas y trabajamos la coreografía. Para cuando empezamos a rodar, Keanu tenía tal memoria muscular que era capaz de ejecutar estupendamente las escenas de ‘Gun-Fu’”.
El equipo de la película decidió ambientar la secuencia central de ‘Gun-Fu’ del filme en las antiguas termas de Caracalla de Roma, donde John Wick liquida a 35 atacantes. JOHN WICK. PACTO DE SANGRE también puede presumir de ser la primera película en filmar en la nueva terminal de transporte del World Trade Center, que ha costado 4000 millones de dólares, y que sirve de escenario del enfrentamiento entre John Wick y Cassian. Provistos de silenciadores, el sicario y su perseguidor acaban liándose a tiros en un escalofriante “tiroteo silencioso” a bordo de un atestado vagón de tren. “En la secuencia de ‘Gun-Fu’ de la primera película, John acababa con diez personas”, recuerda el productor Iwanyk. “Esta vez, todo es más espectacular y llamativo”.
LLEVAR AL LÍMITE LA LUCHA CON LOS COCHES...
JOHN WICK. PACTO DE SANGRE vuelve a demostrar la asombrosa habilidad de su protagonista al volante. “Creo que los espectadores van a quedar muy satisfechos con lo que llamamos ‘Car Fu’, que es como nos referimos al uso del coche como arma”, explica el director de la segunda unidad y coordinador de especialistas Darrin Prescott.
JOHN WICK. PACTO DE SANGRE arranca con ciertos asuntos pendientes relacionados con el querido Mustang de 1969 de John, que fue robado en la primera película. “A John le interesa mucho recuperar su Mustang y los malos cometen el error de destrozarlo poco después de que lo consiga”, explica Prescott. “Eso le pone furioso y hace que quiera matarlos a todos”.
Como ya hiciera en la primera entrega, Reeves se ocupa él mismo de realizar buena parte de sus escenas de acción al volante, entre ellas un vertiginoso giro de 180º marcha atrás que aprendió a hacer específicamente para este papel. “Me encanta la conducción”, afirma la estrella de acción. “Fue estupendo volver a meterme en el coche y tener ocasión de maltratarlo un poco. Hacer el giro de 180º marcha atrás fue algo nuevo y divertido, pero enseguida recordé cómo hacer los giros de 90º y 45º y los derrapes”.
La acción con vehículos en Nueva York empleó toda una flota de taxis conducidos por especialistas para plasmar el tema de “escondido a plena vista” que forma parte esencial de la mitología de la franquicia. “A Chad se le ocurrió la idea de que todos esos taxis de Nueva York transportaban monedas y cargamentos ilegales para los bajos fondos”, explica Prescott. “Los taxis son como una especie de servicio de reparto secreto, tipo FedEx, pero para cosas malas”.
La emocionante secuencia empieza en un almacén de Brooklyn y culmina en Times Square con un choque espectacular. Para ayudarle a llevar a cabo la persecución, Reeves volvió a reclutar al extraordinario especialista en conducción Jeremy Fry. “Jeremy es el mejor especialista en conducción de la industria y Keanu le pidió que volviera a trabajar con él”, aporta Prescott. “Exprimí a Jeremy al máximo. Consiguió hacer una maniobra de derrape en el aire que es una de las más increíbles que he tenido el placer de filmar en mi carrera. No fue fácil, pero el resultado final es asombroso”.
El equipo de la película estaba decidido a superar a la entrega original en lo referente a proezas espectaculares al volante, forzando al límite de lo que permiten las leyes de la física las maniobras realizadas ante la cámara. “Añadimos unas motocicletas a la secuencia e ideamos nuevos gags y más violencia, de modo que el ‘Car-Fu’ ahora tiene más brío”, comenta Prescott. “Además, Keanu mejora cada vez más como conductor en cada película”.
A la hora de hacer locuras al volante, el director, la estrella y los especialistas contaron con la ayuda de muñecos para pruebas de choque de aspecto sumamente realista. “Sus articulaciones se mueven como las humanas, así que los usamos para dar un aire de realismo”, explica el jefe de especialistas Perry. “Acabamos golpeando a unas cuantas personas con coches y chocamos con muchos muñecos”. ¿El resultado final? “JOHN WICK. PACTO DE SANGRE es el hermano mayor, más grande y más bestia de la primera película”, asegura Perry. “Después de PACTO DE SANGRE, si alguien necesita matar a James Bond, Jason Bourne o Jack Reacher, John Wick es tu hombre”.
DE LAS AZOTEAS DE NUEVA YORK A LAS VILLAS ROMANAS...
JOHN WICK. PACTO DE SANGRE empezó a rodarse en el otoño de 2015, y el equipo de la película pasó siete semanas filmando en Nueva York y alrededores. Entre las localizaciones clave que se repiten de la primera entrega se encuentran la casa ultramoderna de John Wick en la costa norte de Long Island y el club privado del Continental, situado en el distrito financiero de Manhattan. El enfrentamiento en la azotea del Continental entre John Wick y Winston tuvo lugar en realidad en la azotea del Centro Rockefeller. “Desde allí tienes una vista de la catedral de San Patricio y de la Quinta Avenida justo abajo”, comenta el diseñador de producción Kevin Kavanaugh. “Es el epicentro del sindicato del crimen de Nueva York”.
El equipo de la película también filmó en una azotea del barrio de Dumbo de Brooklyn, donde recibe audiencias el Rey del Bowery interpretado por Fishburne, así como una histórica sastrería de Bushwick, que sirve de “taller clandestino” ocupado por el sastre italiano de Wick. El café francés de Park Avenue Les Halles hizo las veces del bar en el que Wick despacha a tres matones valiéndose de sus artes marciales... y un lápiz. Además, un almacén de Brooklyn que contenía docenas de coches potentes clásicos sirvió de telón de fondo de la secuencia inicial del filme. “Queríamos mostrar Nueva York desde una perspectiva distinta, como si hubiera un universo alternativo escondido a plena vista”, explica Kavanaugh.
El cerebro de la Camorra Santino D’Antonio necesitaba una base de operaciones elegante en Manhattan como centro neurálgico de sus actividades criminales, de modo que el equipo de la película se instaló en el club nocturno TAO Downtown, en el Distrito de la Carne de la ciudad. “Poder ocupar ese lugar a tan gran escala, con todas esas preciosas estatuas y luces enormes, fue una experiencia estupenda”, opina Kavanaugh. “Es un gran bar clandestino moderno, cerrado al público, así que representaba otra forma de mostrar esa sociedad dentro de nuestra sociedad”. Tras terminar la parte del rodaje correspondiente a Nueva York, el equipo de la película puso rumbo a la antigua ciudad de Roma, cuya larga historia añadió profundidad al trasfondo de la película. “Roma lleva en pie miles de años, lo que ayuda a reforzar la sensación de que esta sociedad de asesinos se remonta muchos siglos, desde que ha habido justicia, jurisprudencia y villanos”, explica Iwanyk.
Asesorado por el localizador de exteriores Enrico Latella, el equipo de la película filmó la gala de Gianna en las ruinas de unas antiguas termas romanas construidas en el siglo II, conocidas como termas de Caracalla. La Galería Borghese, situada en los jardines de Villa Borghese, sirvió como escenario del sangriento enfrentamiento de la sala de los espejos. Y una frenética secuencia de persecución sigue a John Wick y Cassian por la plaza Navona hasta las colinas que dominan la ciudad.
Los interiores se filmaron en el elegante hotel Grand Plaza, en la plaza de España, donde Reeves y Common se enfrentan cara a cara en el vestíbulo y el bar frecuentado por Federico Fellini en la década de 1950. El Grand Plaza también ofreció un espectacular espacio en la planta superior con parte interior y exterior, con vistas en 360º de Roma, donde Wick se prepara para asesinar a Gianna.
UN ESTILO PARA CAERSE MUERTO...
John Wick luce un estilo letal en su indumentaria, cortesía del diseñador de vestuario Luca Mosca. El diseñador italiano ya había dejado establecida la elegante imagen de Wick en la primera entrega, inspirándose en las aceradas curvas del revólver Glock. “Me documenté un poco en Internet y estuve viendo Glocks. Ni siquiera sé cómo empuñar un arma, pero me pareció que había una especie de belleza surrealista en la forma de esa pistola. Era casi como un bonito reloj o una joya, lo que me pareció fascinante. Trasladé esa elegancia al traje de John Wick, con sus pantalones esbeltos y su chaqueta a medida y el posicionamiento perfecto de la punta del hombro”.
Para la nueva entrega, Mosca tomó como base esa plantilla inicial que tan bien había funcionado la primera vez. “Los trajes de línea elegante, el juego monocromático de tejidos, las camisas y corbatas a juego, obtuvieron todas una excelente recepción”, recuerda. “Decidimos continuar con esa tradición, así que hicimos las camisas con un imponente cuello alto. Keanu tiene una postura regia y le sienta muy bien el cuello alto. Es una forma preciosa de enmarcar su cara y sus expresiones faciales. Así que ese cuello se convirtió en el punto de partida del nuevo traje de John Wick”.
Mosca vistió a Santino con pulcros conjuntos de elementos dispares, inspirados en el desenfadado estilo de moda italiano conocido como spezzato. “Es una mezcla de tweed, cuadros y rayas, con la que jugamos mucho en esta película”, explica Mosca. Al haberse criado cerca de Milán, Mosca utilizó como referencia sus propios recuerdos para depurar el aspecto deportivo. “Recordé cómo mi padre o mis tíos en Italia solían llevar una chaqueta de tweed o de cuadros con pantalones grises o de franela marrón, con camisa y corbata de rayas o cuadros”, comenta. “El personaje de Santino rara vez lleva un traje completo y hace el spezzato con una cierta arrogancia, pero también con un sentido innato de la elegancia. Ayudó el hecho de que Riccardo es una persona muy elegante para empezar”.
LA PELÍCULA DE ACCIÓN PARA LOS ADICTOS A LA ACCIÓN...
Stahelski, un apasionado estudiante del cine de acción clásico, diseñó JOHN WICK. PACTO DE SANGRE para que destacara dentro del atestado panorama del cine de palomitas. “No se trata de una película de acción rutinaria”, señala. “Te estamos introduciendo en un mundo que no habías visto nunca”.
Las llaves de ese reino siguen estando firmemente en posesión de Keanu Reeves, agrega Sahelski. “Es un placer trabajar con Keanu, porque siempre lo da todo. En las películas de Matrix, Keanu aprendió todos los distintos estilos de kung fu que se pudieran aprender. En ‘La leyenda del samurái (47 Ronin)’, aprendió iaido, esgrima japonesa y kenjutsu. Ahora, con JOHN WICK. PACTO DE SANGRE, pasa directamente al uso táctico de tres armas, preparándose con personal de SWAT, aprendiendo jiu-jutsu brasileño y, naturalmente, llevando a nuevas cotas la acción con coches. Sea lo que sea lo que exija la acción, Keanu lo acomete con entusiasmo, lo que es una cualidad excepcional. Sé que a la gente le va a encantar volver a ver esa intensidad en la pantalla en JOHN WICK. PACTO DE SANGRE”.