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SINOPSIS
Tanto Lorena como Ed Warren se dirigen hasta Londres para intentar desentrañar el misterio de una casa plagada de espíritus malignos donde habita una madre soltera con cuatro hijos...
INTÉRPRETES
PATRICK WILSON, VERA FARMIGA, FRANCES O'CONNOR, SIMON McBURNEY, MARIA DOYLE KENNEDY, STERLING JERINS, JAVIER BOTET, ROBIN ATKINS DOWNES, STEVE COULTER
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PREMIERE
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A las 6:45 a.m. del 21 de septiembre de 2015, quince minutos antes del inicio oficial del rodaje de 'Expediente Warren: El caso Enfield' (The Conjuring), el sacerdote Steven Sanchez, exorcista de la Iglesia Católica Romana de Albuquerque (Nuevo México, EE.UU.) y amigo personal de la demonóloga Lorraine Warren, bendijo a los actores y al equipo de la película en el plató 4 de los estudios de Warner Bros. en Burbank (California, EE.UU.).
El sacerdote extendió la invitación a todos aquellos asistentes que deseasen una bendición personal. Después se desplazó por el plató utilizando agua bendita y aceite de unción para bendecir cada una de las salas que conformaban el decorado principal. Es mejor no arriesgarse cuando haces una película sobre una posesión documentada.
Entonces, y solo entonces, comenzaron el rodaje.
En 1970, los Warren lucharon contra una presencia maligna que habitaba en una casa a las afueras de Harrisville (Rhode Island, EE.UU.). Wan llevó este caso a la gran pantalla en 2013 con la exitosa película Expediente Warren: The Conjuring. Después se enfrentaron al caso más famoso de sus carreras, Amityville, que casi les destruye.
Este verano, el guionista, director y productor James Wan buscará aterrorizar de nuevo a los espectadores con su representación de otro caso famoso al que se enfrentaron los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren: 'Expediente Warren: El caso Enfield' (The Conjuring).
A finales de 1977, con los efectos de Long Island todavía atormentándoles, los Warren finalizan un período sabático autoimpuesto y viajan al norte de Londres para enfrentarse a un ente demoníaco que se había instalado en casa de la familia Hodgson, en el poblado distrito de Enfield. Lo que muchos consideraban un fraude acabó convirtiéndose en el caso más documentado en la historia de los fenómenos paranormales.
"Todo lo que han vivido Ed y Lorraine desde que les conocimos en la primera película les ha llevado a Enfield", afirma Wan. "De todos los casos que investigaron en su carrera, Enfield es uno de los más convincentes... y aterradores. También es uno de los más interesantes, porque en muchos sentidos es un reflejo de lo que ocurrió en Amityville, así que en la película también tocamos ese tema”.
Vera Farmiga y Patrick Wilson vuelven a interpretar a Lorraine y Ed. "Me encantó volver a meterme en la piel de Lorraine Warren y volver a darle vida”, comenta sonriendo Farmiga. "Requiere todos tus esfuerzos, pero James conoce nuestras virtudes y defectos y sabe cómo llegar a nosotros. Creo que Patrick y yo estábamos incluso más seguros y relajados esta vez".
"Creo en la historia y en el mundo de los Warren", afirma Wan, "y la oportunidad de desarrollar su mundo con Vera y Patrick y acercar esta historia en particular al público fue muy emocionante".
"En ningún momento sentimos que era una historia que ya habíamos contado. Nos estábamos esforzando por hacer algo diferente a la vez que le dábamos al público los elementos que hicieron que la primera película funcionase, y para mí eso era muy importante", cuenta Wilson.
El productor Peter Safran consideró que el escenario de Enfield era sucesor natural de la historia de la primera película, en parte debido a que era "uno de los ejemplos más conocidos de posesión sobrenatural documentada, pero también porque las circunstancias nos permitían garantizar que la película tenía una apariencia y un ambiente diferentes a la anterior. El Londres de 1977, con las huelgas de mineros y el nacimiento del movimiento punk, era un escenario completamente distinto para los Warren".
Tal y como cuenta el productor Rob Cowan, otro de los elementos únicos de esta historia era ‘‘el escepticismo en cuanto a estos sucesos’’. ¿De verdad estaban pasando esas cosas? La policía estaba implicada, los periodistas, los fotógrafos... Después de un tiempo se convirtió un poco en un circo debido a la gente que iba allí y que hablaba del tema. Incluso hubo un ventrílocuo que comprobó si la niña estaba fingiendo la voz.
Para aumentar más el contraste con la primera película, "la geografía en 'Expediente Warren: The Conjuring' era recóndita, una granja en medio de la nada, y esta tiene lugar en una vivienda social de una gran ciudad, así que los vecinos viven cerca y hay tráfico. Simplemente por el tipo de escenario, la gente que vive cerca está más expuesta a lo que pasa en esta casa", sostiene Wan.
Sin embargo, probablemente una de las peculiaridades más aterradoras de Expediente Warren: El caso Enfield (The Conjuring) sea que esta vez el ente no solo posee a la familia: sea lo que sea, también ataca directamente a los Warren y eso les hace temer por su seguridad, además de por los Hodgson.
Antes de que llegasen los Warren, a la casa ya habían acudido la parapsicóloga alemana Anita Gregory, interpretada en la película por Franka Potente, y el investigador británico de sucesos paranormales Maurice Grosse, interpretado por Simon McBurney. Sin embargo, fueron los Warren los que causarían mayor impresión y marcarían una verdadera diferencia en la familia.
"Cuando Ed y Lorraine vinieron a casa sentí por primera vez algo de sosiego al saber que habían llegado para intentar ayudarnos", cuenta Janet Hodgson Winter, la mujer de la familia Hodgson que más sufrió cuando tenía unos 11 años. Ella, que fue la primera poseída, hizo de asesora de la película.
"Sin duda hay algo en esta casa", recuerda Margaret Hodgson Nadeem, hermana mayor de Janet y asesora de la película, que dijo Lorraine cuando ella y Ed visitaron la casa por primera vez. "Le contamos todo lo que había pasado y cómo había empezado, aquello que todavía pasaba y no podíamos deshacernos de ello, y ella me respondió que ya había presenciado algo así antes y que haría todo lo que estuviera en su mano por ayudarnos".
Para adaptar los numerosos sucesos reales a la gran pantalla, Wan trabajó codo a codo con los guionistas Chad y Carey Hayes, que se encargaron del guion de 'Expediente Warren: The Conjuring' y estaban dispuestos a volver a adentrarse en el mundo de los Warren, junto con David Leslie Johnson.
"Era la primera vez que trabajaba en un guion basado en una historia real", confiesa Johnson, que llevaba tiempo queriendo trabajar con Wan. "Siempre he sido fan de las películas de miedo, pero a mí no solo me interesaba que esto era real, sino que en esa época hubo mucha publicidad en torno al caso y muchos testigos. Incluso la policía tenía informes; no se trataba de una o dos personas, o una familia, que contaban lo que había pasado".
"Era una historia verdaderamente impactante sobre una familia real que se estaba desmoronando. No tienen padre, la madre hace todo lo que puede para llegar a fin de mes y les pasa esto. Incluso después de todas nuestras investigaciones, es simplemente inimaginable, pero es cierto", afirma Chad Hayes.
"Vimos que, incluso después de lo que Ed y Lorraine habían pasado tras Amityville, como que les acusaran de farsantes, ver que a la joven Janet le pasaba lo mismo sirvió a Lorraine para identificarse con ella y a Ed para defenderla, más allá de su compasión habitual por las familias que se enfrentaban a este tipo de problemas", cuenta Hayes.
Después de todos estos años, Lorraine Warren todavía recuerda vivamente el miedo que sintió nada más llegar a la casa de los Hodgson y atisbar el peligro al que se enfrentaba la familia. "Vi a las dos niñas acostadas en sus camas. Después empezaron a levitar, se entrecruzaron en el aire y chillaron. Supe que tenía que ayudarles".
"Muchas cosas cambiaron para Ed y Lorraine en los años que pasaron entre los casos Perron y Hodgson. Creo que fueron seis años de guerra espiritual, escepticismo y recelo por parte de la gente; seis años de lucha demoníaca", comenta Farmiga.
La película empieza con los Warren en Amityville, donde celebran una sesión para convocar a los espíritus. "Les han llamado para que acudan como expertos a ver lo que está pasando", cuenta Cowan, "así que empezamos la película con eso y vemos que acaban pensando que en efecto hay algo aterrador en esa casa".
De hecho, hay una fotografía bastante famosa que hizo su equipo de investigación que muestra la imagen de un niño asomándose por una barandilla del segundo piso. Se cree que era uno de los miembros de la familia DeFeo asesinados en la casa muchos años antes. La película muestra lo abrumada que se encuentra Lorraine por la presencia demoníaca durante la sesión y que luego, en casa, continúa atormentándola.
En el tiempo que pasa hasta que viajan a Enfield, vemos el distanciamiento que se está creando en la pareja, tanto física como mentalmente. "Necesitaron mucho amor para superarlo, pero como Lorraine siempre me dijo: ´Sé que esto está dispuesto así, que así debe ser, y me guste o no, me ciño a ello'. Ella nunca lo dudó, y me gusta que exploremos las dificultades de su relación en esta película", declara Farmiga.
"Una de las razones por las que volví para hacer 'xpediente Warren: El caso Enfield' (The Conjuring) es la oportunidad de trabajar otra vez con Vera y Patrick", confiesa Wan. "Trabajar con ellos en la primera película fue una gran experiencia, así que fue genial profundizar en ese mundo y trabajar con gente a la que de verdad quiero. Hacen que te preocupes por los Warren, y creo que es importante que en las películas de miedo te preocupes por los personajes. Así te asustas mucho más”.
“También admiro mucho la relación de Ed y Lorraine, y cómo Patrick y Vera le dieron vida", continúa. "Siempre he albergado el deseo secreto de contar una historia de amor en una película. Imagino que mi manera de hacerlo es disfrazarlo de película de miedo".
A Farmiga también le gusta colaborar con Wan: "Como compañeros estamos muy unidos, y me parece que la imaginación de James es casi como la versión adulta de la pesadilla de un niño; en su visión hay elocuencia y poesía".
La actriz también confiesa que el papel requiere no solo fe en el director, sino también una increíble cantidad de energía, más incluso que la vez anterior. "Estamos retratando mucha oscuridad y es difícil y agotador. Además, en este tipo de género no puedes hacer una actuación a medias; tiene que ser la interpretación más auténtica y sincera que te salga del fondo del corazón y del alma".
"Al principio de la película dejamos claro que Lorraine ha estado teniendo visiones preocupantes que afectan a personas cercanas", cuenta Wan. "Así que, aunque quiere ayudar a esta familia que lo necesita, a lo largo de la historia está muy tensa, muy en guardia, porque está preocupada por lo que va a pasar y porque podría incluso perder a Ed".
"Ed y Lorraine realmente son una pareja enamorada, dos personas que se han encontrado y que están hechos el uno para el otro... Almas gemelas", opina Safran. "Eso se percibe en el guion, pero se nota incluso más en la manera en la que Patrick y Vera interpretan a los personajes. Nos dan el eje alrededor del que gira todo lo demás. La propia Lorraine, que estaba en el estudio durante la grabación, no paraba de comentar que habían plasmado su relación con Ed de una forma increíble".
Aunque Wilson nunca llegó a conocer a Ed Warren, que falleció en 2006, el actor cuenta que ha sido capaz "de pasar tiempo con Lorraine, así que le conozco por lo que me han contado ella, su hija Judy y su cuñado Tony Spera, además de por los DVD, las grabaciones y muchas cosas más. En esta película buscábamos incluso más esos momentos de la vida que definen a los personajes y que pudiésemos plasmar en la pantalla".
Uno de esos aspectos se coló dentro de la primera escena que Wan escribió para la película y que se conocería luego como la "escena Elvis": un momento tranquilo en el que Ed canta una canción a los Hodgson. "Ed era un bromista y le encantaba silbar y la música", explica Wilson. "A Lorraine le gustó la idea de que cantase en la película, porque dijo que el espíritu de Ed estaba allí y que siempre era el primero en iluminar la habitación. Entraba en las sesiones y decía cosas como: 'Tengo hambre. ¿Alguien ha traído leche y galletas?'".
La "escena Elvis" fue una de las diferencias que Wilson apreció en esta película. "Lo que más me gusta de este caso es que, desde un punto de vista dramático, no seguimos el mismo camino", comenta. "Lo normal en un exorcismo es tener una Biblia y un crucifijo, pero esta vez Ed y Lorraine se enfrentan a algo muy diferente y eso probablemente no funcione. Como actor fue muy interesante interpretarlo, era un monstruo diferente. Incluso el humor, la parte romántica, cosas que dan una vuelta de tuerca al género... Me pareció emocionante".
En 'Expediente Warren: The Conjuring', el personaje de Wilson era el protector, pero a Wan le gusta que esta vez hayan cambiado las tornas. "Ahora ocurre lo contrario: es Lorraine la que tiene miedo y se preocupa por lo que pueda pasarle a Ed, y me encanta su dinámica y cómo Patrick interpreta a este hombre práctico, casi intrépido, que haría cualquier cosa por proteger a su mujer y ayudar a esta familia".
Y puede que para ello deba dar todo lo que tiene. Este ente es fuerte. El caso Enfield les costará mucho trabajo a Ed y Lorraine y, junto con la familia Hodgson, dejará en ellos una marca considerable.
El mayor miedo de cualquier padre es ver a su hijo sufrir. Pero, ¿qué ocurre cuando el origen de ese dolor es indescriptible, inalcanzable y puede que irreal? Peggy Hodgson tiene claro que algo extremadamente diabólico ha entrado en su casa y ha poseído a su hija Janet. También está claro que no hay nada que pueda hacer para proteger a su familia.
"Es una madre soltera con cuatro niños que vive en una vivienda social, así que ya al principio de la película su vida es bastante difícil", cuenta Frances O'Connor, que interpreta a la desesperada Peggy. "No tiene dinero y su marido no le pasa ningún tipo de paga, así que en esa casa ya hay mucha presión. Muy pronto empiezan a ocurrir pequeños fenómenos paranormales y Peggy está tan estresada que ni siquiera ve lo que está pasando".
Hasta que, poco a poco, las cosas empiezan a empeorar. "Finalmente le hace frente una noche que el armario de las niñas de repente atraviesa la habitación y choca contra una puerta. Y a partir de ahí la situación se agrava rápidamente".
O'Connor estuvo al tanto de los incidentes en la casa de los Hodgson cuando ocurrieron. "Había leído las historias y había visto las fotos de las niñas levitando, esas cosas, y me pareció bastante aterrador. Había mucha documentación. Así que cuando me llegó el guion, me interesó contar la historia".
"Supe inmediatamente que quería a Frances O'Connor para el papel. He sido un gran admirador de su trabajo desde que vivía en Australia. Sabía que necesitábamos a alguien con tanto talento como Frances para representar la fuerza de Peggy, su conflicto interior, su desesperación", afirma Wan.
"Por fuera, Peggy parece un personaje duro", opina O'Connor. "Creo que la vida la ha tratado mal, pero me gusta que debajo de eso tenga tanto amor por sus hijos, e interpretar esos elementos es genial en términos de cómo ella se expresa, o cómo no se expresa, emocionalmente".
Mientras que los cineastas parecían haber encontrado rápido el casting perfecto de actores adultos, Wan admite que cree que “el papel más difícil era el de Janet Hodgson; era complicado encontrar a una actriz joven que pudiese captar realmente la vulnerabilidad de todo lo que pasó esta niña de 11 años, y debo decir que tenemos mucha suerte de haber encontrado a Madison Wolfe". Teniendo en cuenta que gran parte de la credibilidad de la película radicaba en su interpretación de la niña poseída, Wan añade: "Fue capaz de reflejar la inocencia e ingenuidad de Janet al principio, pero luego fue cambiando lentamente a medida que ella se ve más afectada, e infectada, por este ente que vive en su casa".
"Creo que es una niña inteligente y afable, pero las cosas que empiezan a pasarle le afectan mucho, como le ocurriría a cualquiera", comenta modestamente Wolfe de su personaje.
Farmiga habla maravillas de su joven coprotagonista: "Maddy Wolfe es espectacular, muy inteligente para ser tan joven. Tiene mucha energía y entraba y salía de las profundidades cavernosas de la negatividad, aunque es una niña alegre y divertida. Resultaba sorprendente verla, porque rodaba una escena muy concentrada, luego paraba y le hablaba a James clínicamente de ella y volvía a meterse rápido. Tiene una forma de interpretar muy afinada y, en mi opinión, su actuación es más que asombrosa".
Wilson ya había trabajado anteriormente con Wolfe, pero su actuación, incluido su acento inglés, fue tan buena que no se dio cuenta de que era la misma actriz en la lectura del guion. "No paraba de pensar que quizás era una niña del colegio de mi hijo, que era la gemela inglesa de otra niña que había visto", recuerda el actor. "Pero entonces, al final de la lectura, me dijo que había hecho de mi hija en otra película, ¡y tenía acento de Luisiana! No grabamos muchas escenas juntos en la otra película y habían pasado varios años, pero su acento era tan logrado que no me imaginé que no fuese inglesa".
Además de actriz, Wolfe es animadora y gimnasta, lo que le ayudó enormemente dados los requisitos físicos del papel. "Me ayudó a tener más energía, porque cuando haces piruetas una y otra vez y desde diferentes ángulos, puede resultar agotador", admite.
Para su escena favorita necesitó mucha fuerza y velocidad. "Era una toma continua, y la cámara empezaba conmigo durmiendo en una silla, y luego aparecía Frances y me ayudaba a subir a la cama. Después la cámara enfocaba a la ventana y empezaba a llover, y luego se hacía de día y la cámara volvía a enfocarme a mí en el sofá. Yo tenía que subir al piso de arriba, ponerme una bata, cambiarme, volver corriendo abajo y sentarme en el sofá antes de que la cámara volviese a enfocarme, así que tenía que ser en un tiempo exacto. Fue genial", cuenta con una sonrisa.
Esa fue una de las escenas más físicas que tuvo que hacer Wolfe. La actriz recuerda que, en otra escena, Janet y su hermana Margaret levitan sobre sus camas. "Sin duda era la primera vez que hacía algo así. Nos pusieron un arnés bajo la ropa y nos levantaron con cables, y lo prepararon de modo que pudiésemos entrecruzarnos. Eso también fue muy guay".
La actriz australiana Lauren Esposito interpreta a Margaret, la hermana mayor de Janet. "Margaret protege mucho a Janet, sobre todo cuando el ente empieza a poseerla y ocurren todas estas locuras", cuenta Esposito. "Creo que todo lo que pasa las une más, aunque al mismo tiempo Margaret está muerta de miedo".
Esposito recuerda que el momento más aterrador en el estudio fue "cuando el cajón va hacia Janet y Margaret y choca contra la puerta. Me dio miedo porque parecía que estaba a unos centímetros de mí y que de verdad me iba a dar".
Como el papel requería una buena dosis de gritos, Esposito tenía a mano una botella de agua "y algo de té con limón o miel; ¡cualquier cosa que ayudase a mi garganta!".
Dos jóvenes actores londinenses interpretan a los chicos Hodgson. Patrick McAuley es Johnny Hodgson, el hermano mayor, y Ben Haigh es el menor, Billy, que tiene dificultades para hablar. Haigh tuvo que aprender a tartamudear, además de cambiar su acento, ya que la historia transcurre en la zona norte de Londres.
"Tuvimos mucha suerte con los niños que encontramos porque, como diría James, lo más difícil es producir temor y miedo, y si no se ven en las caras de los niños cuando estamos grabando, el público tampoco lo va a sentir", afirma Cowan. "Pero estos niños fueron soberbios".
Antes de la llegada de los Warren, la casa de los Hodgson ha atraído una atención más que suficiente, en gran parte de los medios, pero también de otros expertos en el tema. La actriz alemana Franka Potente interpreta a la parapsicóloga de la vida real Anita Gregory, que fue abiertamente escéptica sobre si la familia estaba inventándoselo todo. Simon McBurney es el especialista en fenómenos paranormales Maurice Grosse, menos receloso. Chris Royds interpreta al fotógrafo del Daily Mirror Graham Morris, que cubrió los sucesos de Enfield para el periódico.
Sin embargo, los Hodgson contaban con apoyos. Recibieron consuelo y protección de sus vecinos Vic y Peggy Nottingham, interpretados en la película por Simon Delaney y Maria Doyle Kennedy. Además, Steve Coulter retoma su papel como el sacerdote Gordon, amigo y consejero de los Warren que les habla del caso Hodgson.
Tanto Janet Hodgson Winter como Margaret Hodgson Nadeem conocieron a las jóvenes actrices que las interpretaron. Aunque quizás el momento más conmovedor en el estudio fue cuando Lorraine se reunió 38 años después con Janet y Margaret, a las que no había visto desde que eran unas niñas en 1977. Entre lágrimas y abrazos, Janet susurró al oído de Lorraine: "Tú fuiste la única que de verdad intentó ayudarnos".
A veces los recuerdos más infantiles de nuestra niñez, como una ouija o una canción infantil, pueden ser los más inquietantes y perturbadores en una película. En Expediente Warren: El caso Enfield (The Conjuring), lo que empezó como una pequeña parte de la historia (Janet Hodgson utilizando un zoótropo que toca una cancioncilla del siglo XIX para ayudar a Billy a hablar con más fluidez) se convirtió en un elemento más importante y aterrador cuando los cineastas decidieron darle vida.
"A medida que pasa el tiempo, vamos sintiendo que el demonio que habita la casa está utilizando diferentes mecanismos para intentar aterrorizar a la familia", cuenta Cowan. "James pensó que un medio especialmente eficaz sería dar vida al pequeño zoótropo como un enorme hombre de metro ochenta". Pero no es una creación inocente de la imaginación de un niño.
Tampoco lo es Bill Wilkins, antiguo residente de la casa Hodgson de 72 años, ya fallecido. Su espíritu parece incapaz de marcharse, y en su lugar elige ocupar no solo su silla favorita, sino también la joven alma de Janet. Sin embargo, parece que incluso a Bill lo manipula algo mucho más maligno, algo que ha estado persiguiendo a Lorraine Warren desde Amityville.
Gracias, sobre todo, a la bendición que el sacerdote Steven hizo del plató insonorizado antes de empezar el rodaje, los actores y el equipo técnico experimentaron muchos menos fenómenos "insólitos" que en la primera película, aunque sí ocurrieron cosas raras antes y durante la producción: puertas que se abrían solas, objetos que desaparecían, sombras que se veían o sentían cuando no había nadie en el estudio y luces que se apagaban de improvisto.
Incluso en Londres, durante el proceso de casting, algunas sesiones se vieron interrumpidas varias veces por un ruido fuerte de arañazos que creían que venía de debajo de la tarima de la antigua imprenta victoriana. Los agentes lo atribuyeron a las ratas, aunque nunca encontraron ninguna y los sonidos eran demasiado fuertes como para venir de parásitos pequeños. ¿Quizás un perro en el estudio contiguo? No, no había ninguno. Curiosamente, los arañazos no se volvieron a oír desde que se completó el casting de 'Expediente Warren: El caso Enfield' (The Conjuring).
Aunque los principales escenarios eran de Estados Unidos, "una de las razones que me atrajeron de esta historia en particular para la segunda película fue el entorno", comenta Wan. "De verdad creo que Londres le da un sabor y un sentimiento diferentes, y a mí me resultaba más interesante desde el punto de vista de la realización".
"A James le encanta encontrar diferentes maneras de darle al público una sensación de la localización de la película, que en este caso y en la primera película es la casa y los alrededores. En la original, creó una escena en la que seguía a la familia mientras se mudaba a la casa: los niños deshaciendo las maletas, saliendo al jardín trasero. En esta película tenemos una escena increíble que empieza fuera de la casa, luego entra a través de la ventana de las escaleras y nos lleva por todo el segundo piso siguiendo a los personajes. Te das cuenta inmediatamente de quiénes son al entender cómo viven", añade Safran.
Estas escenas de seguimiento representan la forma de dirigir de Wan: hacer todo lo que puede con la cámara, incluidos todos los efectos posibles, utilizando el CG únicamente cuando es necesario. "Creo que es el secreto de muchas de las secuencias terroríficas que diseña", continúa Safran. "Todo pasa ahí mismo en la pantalla, un montón de sobresaltos uno tras otro, todos en una secuencia extendida. James es capaz de dar un susto que, para la mayoría de la gente, supondría el clímax de una escena, y hacer que sea el inicio de una escena, e ir construyendo uno encima de otro para hacer que cada susto sea mayor que el anterior y el clímax sea completamente aterrador".
Para ejecutar esta complicada escena, el director de fotografía Don Burgess comenta: "Decidimos utilizar la cámara RED en el MOV para conseguir luz y ser flexibles y transportables, y así poder maniobrar dentro de la casa. Se necesitaron dos operadores de cámara diferentes y muchas señales luminosas para hacer las transiciones a medida que la cámara flotaba con fluidez a través de los pasillos y las puertas. Estas son las escenas que me encanta hacer: son muy gratificantes cuando las sacas adelante".
Debido a que la vivienda social en la que vivían los Hodgson en Enfield era muy pequeña, el equipo de producción la recreó en el estudio de Warner Bros. para facilitar el rodaje. "Teníamos que crear nuestra versión de la casa algo más grande para poder acomodar al equipo y darle a la cámara la libertad necesaria para seguir a los actores de una habitación a otra sin cortar", explica Wan.
Para luchar contra la sensación de mayor tamaño en cámara, la diseñadora de producción Julie Berghoff decidió emplear el sistema de color verde característico de James Wan, señal de una infección paranormal, y oscurecerlo con manchas y materiales envejecidos que les dan a las habitaciones una sensación de suciedad. También utilizaron manchas de agua y de moho, que son síntomas de una presencia enfermiza y sobrenatural. Las paredes y esquinas oscuras hicieron que la habitación pareciese más pequeña en cámara y más acorde al tamaño de una vivienda social de los 70.
Los realizadores decidieron por diferentes motivos no utilizar la casa real de Enfield como modelo físico para la casa Hodgson en la película, pero hicieron otra casa parecida de Enfield. Una vez la escogieron, la construcción empezó en el plató 4, uno de los más antiguos del estudio, edificado en 1926, y también uno de los más encantados. Muchos creen que los espíritus que habitan en las pasarelas del plató 4 son fantasmas de antiguos miembros de equipos de Warner Bros., que son bromistas traviesos pero benévolos. A menudo los equipos de mantenimiento nocturnos no salen al tejado sin que alguien se quede dentro, porque a los fantasmas les gusta dejarlos fuera, y algunos de ellos afirman haber oído susurros, martillazos y ruido de taladros cuando no había nadie construyendo escenarios en el estudio.
Wan y Berghoff han trabajado juntos en numerosas ocasiones, por lo que a ella no le sorprendió que el director le pidiese construir una casa de dos pisos propia de la época, pero en el interior de un plató insonorizado, para que él pudiese seguir literalmente a los actores escaleras arriba y abajo.
"Esta era mi quinta película con James y él me empuja hacia caminos interesantes y me inspira", cuenta Berghoff. "Siempre que se encarga de un proyecto sé que va a haber giros y vueltas que me dan la libertad creativa de ampliar los límites de diferentes maneras".
"Le dije a Julie que quería que pareciese una casa real", explica Wan, "y ella hizo un trabajo increíble tanto en apariencia como en carácter. Nunca dio la sensación de ser un set de rodaje".
El equipo de Berghoff construyó un set de dos pisos que comprendía tres casas de la calle modelo de Enfield, además de los jardines frontales vallados, la acera y parte de la calle, así como los patios traseros. "Yo le llamo maravillosamente decrépito", cuenta Safran.
Codo a codo con Wan y Berghoff, Burgess ayudó a crear la atmósfera claustrofóbica que Wan estaba buscando. "James es un director muy visual, y la fotografía es una parte importante a la hora de contar una historia como esta: las luces y las sombras, lo que ves y lo que no. Fue un absoluto placer trabajar en esto".
"Julie y Don hicieron un trabajo fantástico reflejando las ideas de James", apunta Cowan. "Ella captó realmente bien el ambiente de esas viviendas sociales de los 70 utilizando la textura, el carácter y la paleta de color, y Don iluminó el set de manera que no estabas seguro de lo que había allí y de lo que no estaba en el marco. Era aterrador. Eso ayudó a que los actores sintiesen que estaban en ese mundo".
Wan fue muy preciso en cuanto al diseño de la habitación de Janet y Margaret Hodgson, para la que se inspiraron en las fotos de Graham Morris, en aquel entonces fotógrafo del Daily Mirror. Berghoff y su equipo recrearon el aspecto del resto de la casa Hodgson a partir de los diseños originales.
Además de toda la acción que transcurre en el interior de la casa, la historia también requería una buena cantidad de lluvia, que servía para aumentar la sensación de estar en Londres. El "exterior" siempre estaba mojado y hacía frío, porque encendían el aire acondicionado y así recreaban de verdad el clima apropiado.
El reto de crear lluvia continua y creíble en un estudio interior motivó a Berghoff a diseñar un sistema de drenaje y recuperación que requirió cortar el suelo del plató y excavar un poco la tierra de debajo. "Es poco frecuente tener tanta lluvia dentro de un estudio", afirma Berghoff. "Tuvimos que poner una base de hormigón con drenajes y pensar cómo sacar el agua y evitar que el set se inundase todos los días".
Se instaló la tramoya alrededor de la casa Hodgson, desde la calle de enfrente, bajando por una callejuela lateral y a través del patio trasero. La tramoya se utilizó sobre todo para rodar escenas "exteriores" que fuesen iguales que la calle real de Enfield. Para mantener el plató lo más seco posible, también se instaló una alrededor de las ventanas de la casa para que en las escenas interiores se viese agua cayendo sin tener que empapar todo el set.
La historia también requería un sótano, y el plató 4 respondió a esta necesidad de la producción accediendo a que se hiciese un agujero en el suelo. Descubrieron un depósito bajo tierra que no se había abierto en 40 años o más, platós antiguos y toda clase de trozos y piezas que permanecían ocultos, "archivados" por el paso del tiempo.
No todo se pudo lograr en el plató 4, incluida una secuencia importante en la que Ed baja corriendo al sótano para intentar salvar a Janet mientras Lorraine y Vic están cerrados fuera, en el hueco de la escalera, bajo la lluvia. Parte de la excavación en el plató 4 se llevó a cabo para adaptar el hueco de la escalera del sótano, para que así los actores pudiesen bajar corriendo desde el escenario del patio trasero y abrir la puerta. En realidad, detrás de esa puerta no había nada más que un suelo sucio y pilares de madera colocados en bases de hormigón que soportaban el suelo del escenario. La grabación de la escena al otro lado de la puerta del sótano se llevó a cabo en un depósito en Santa Clarita, construido para permitir tres planos diferentes de la inundación.
Otro elemento que se utilizó para que las vistas desde el escenario interior al exterior fuesen convincentes, fue una cortina enorme que se levantaba 12 metros sobre el suelo hasta las pasarelas, y que abarcaba la altitud y la profundidad del escenario alrededor de tres lados del set. Impresa en la cortina había una fotografía en alta resolución de la calle real de Enfield y de las casas desde un enfoque frontal, lateral y trasero.
Aunque la suciedad de los jardines frontales, laterales y traseros era real, y creaba algo de fango debido a la lluvia a pesar de estar compacto, la hierba era sintética, lo que permitió que se mantuviese verde durante todo el rodaje. El resto de plantas del exterior eran de verdad, aunque muchas de ellas no estaban vivas porque la historia sucede en invierno.
Se construyeron otros sets en el plató 9 del estudio de Burbank, incluido el interior del ático de Amityville con su emblemática ventana; una sala de estar al revés con una trampilla para la escena en la que Janet se despierta en el techo, y la habitación de objetos de Ed y Lorraine: una réplica muy similar al "museo oculto" real de los Warren en el que guardaban varios objetos vistos en Expediente Warren: The Conjuring, como la armadura Samurái, el mono de juguete y, por supuesto, Annabelle. La propia Lorraine Warren aportó tres nuevas piezas para esta escena: copias originales de cuadros de casas encantadas de Ed Warren.
Por motivos prácticos, que iban desde darle al equipo de construcción tiempo para convertir el set de la casa Hodgson del plató 9 en Notthingham House, a la imposibilidad de recrear eficazmente ciertas localizaciones en Londres, el equipo rodó en escenarios locales limitados tanto en Los Ángeles como en Londres. La escena en la que Ed y Lorraine llegan a Londres y conocen a Maurice Grosse se grabó en la estación de tren de Marylebone y requirió cientos de extras y una docena de coches para conferirle autenticidad. Se construyeron tres escenarios en el plató F de los estudios Warner Bros. Studios de Leavesden: un tren inferior, a través del que se llevó al escenario un vagón para pasajeros de época real; el escenario para la escena de "The Becky Rivers Talk Show" en la que aparecen tanto Janet Hodgson Winter como Margaret Hodgson Nadeem como parte del público, y un escenario de pantalla verde de 360º para escenas en las que aparece un coche desplazándose bajo la lluvia londinense. También se rodaron secuencias en otras partes de Londres, como The Warrington Hotel Pub, Maida Vale y una calle sin nombre en Enfield que sustituyó a Green Street, en donde está ubicada la casa real de los Hodgson.
En la zona sur de California también se rodó parte de la película: en Monrovia se grabaron las escenas de la casa de Amityville y en Encino las correspondientes a la casa de Connecticut de Ed y Lorraine.
La diseñadora de vestuario Kristin M. Burke trabajó codo con codo con el equipo de diseño de producción para recrear el mundo de finales de los 70 para todos los actores de la película. "Los personajes son los que se ponen la ropa", comenta. "La ropa es un lenguaje y es mi trabajo asegurarme de que las prendas hablan por los personajes".
A partir de la investigación que ya había realizado para 'Expediente Warren: The Conjuring', Burke desarrolló la relación de los Warren cuando se fueron a Amityville (Nueva York, EE.UU.) en el inicio de 'Expediente Warren: El caso Enfield' (The Conjuring) y a Londres para el caso Hodgson. Uno de los temas interesantes en relación a la ropa de los Warren era la forma en la que reflejaba su conexión interior: Ed y Lorraine a menudo llevaban prendas a juego con las que parecían coordinados. Por ejemplo: Lorraine se aseguraba de que las corbatas de Ed fuesen de la misma tela de tartán que sus faldas. Burke utilizó este detalle de la vida real para unificar a los Warren en ambas películas.
"Cuando investigamos nos dimos cuenta de que Ed a menudo llevaba ropa oscura cerca de la cara, y que Lorraine casi siempre tenía algún detalle femenino", afirma Burke. "Escogimos para la pareja una paleta de color que reflejaba la manera fría y seria en la que abordaban sus casos. Puedes darte cuenta de que su ropa es principalmente de colores neutros: azul marino, gris, beige y similares. Sin embargo, las angustiadas familias a las que ayudan utilizan tonos tierra y rojos. De esta manera, diferenciamos los dos mundos".
'Expediente Warren: El caso Enfield' (The Conjuring) es la sexta película en la que colaboran el compositor Joseph Bishara y James Wan (como director o productor). Bishara también enseñó a Patrick Wilson a tocar la guitarra para la escena en la que le toca una canción de Elvis a la familia Hodgson.
La música de la película se empezó a componer en su cabeza mientras estaba en el set. Dos días después de la finalización de la fotografía principal en Londres, Bishara se dirigió al estudio 2 de los famosos Abbey Road Studios en St. John's Wood para grabar a un coro de niños y a otro de hombres para la película. El coro infantil grabó variaciones en la adaptación de Bishara de Crooked Man, una canción infantil inglesa del siglo XIX.
El coro de hombres, formado en su mayor parte por bajos y barítonos y solo un tenor, fue el primer elemento en manifestarse como, literalmente, la voz de la película, incluidas las vocalizaciones y susurros extendidos que eran melodiosos y siniestros al mismo tiempo. Bishara normalmente encontraba lo que buscaba tras dos o tres tomas y luego experimentaba con diferentes variaciones, creando momentos inesperados que mejoraban con brillantez la calidad espeluznante de la banda sonora.
James Wan es un maestro de la paranoia, de jugar con miedos tan universales como estar en la oscuridad, estar solo y, en el caso de 'Expediente Warren: El caso Enfield' (The Conjuring), ser poseído por lo desconocido. "Todo el mundo tiene temores", afirma el director. "Mi trabajo es entrar en el subconsciente colectivo y en nuestros grandes miedos, que en este caso son todo lo que es inexplicable: demonios, posesión, fenómenos paranormales. Estas cosas ocurrieron de verdad, ocurren de verdad, y eso las hace mucho más aterradoras. Para mí, como cineasta, es un género muy creativo. Puedes hacer básicamente lo que quieras, ¡siempre que le dé un susto de muerte al público!".
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