CRITICA "SEMILLA DE MALDAD"
Título original: Tender son. The Frankenstein proyect. Nacionalidad: Hungría, Alemania, Austria, 2010. Dirección: Kornél Mundruczó. Argumento y Guión: Kornél Mundruczó. Fotografía: Mátyás Erdély. color. Música: Philipp E. Kümpel, Andreas Moisa. Intérpretes: Rudolf Frecska, Kornél Mundruczó, Lili Monori, Kitty Csíkos. Duración: 105 minutos. Estreno: 8 noviembre 2010. Local: Festival de Sevilla.
Por PACO CASADO
Kornél Mundruczó se ha convertido en un asiduo del Sevilla Festival de Cine Europeo, ya que concursó con su segunda película Johanna (2005) que era un intento fallido de hacer una ópera cinematográfica moderna basada en Juan de Arco, y volvió a participar con su tercer largometraje, Delta (2007) que trataba sobre la redención y el sacrificio, que tenía una buena estética pero estaba vacío de contenido.
De nuevo entra en el concurso con su cuarto film, Tender son. The Frankenstein Project (2010), que nos vuelve a desconcertar como ya lo hizo con Johanna, ya que a pesar de ser su film más directo y personal, no acertamos a adivinar el por qué del subtítulo, salvo que le impresionó, como ha declarado, cuando leyó el texto de Mary Shelley, pero que nada tiene que ver con lo que nos cuenta en esta cinta, salvo que el protagonista se da cuenta del monstruo que ha creado que es su hijo.
Rudi, tras abandonar el orfanato en que se encontraba, participa accidentalmente en un casting para una película y termina matando a una chica. Se enamora de otra que también iba a lo mismo y quiere casarse con ella y huir, a lo que le ayuda su padre, que resulta ser el director del casting, tras haber matado al padrastro de su improvisada novia y a otra persona más.
La película, que según confiesa es la más personal de las que ha realizado, vuelve a pecar de lo mismo que Delta, que posee una buena estética a base de planos largos en duración, casi siempre a cámara fija, bien rodada, con buena fotografía, pero el guión tiene más rajas que una casa en ruinas, por lo que todo resulta tan forzado y dislocado, en lo que aparenta ser una historia sencilla, que termina por no tener pies ni cabeza, ni se justifican muchas de las acciones.
Le sobran bastantes minutos de metraje.
Rudolf Frecska, en el papel de Rudi, resulta tan hierático y frío como la temperatura que hace en Hungría y en las montañas austriacas cubiertas de nieve. Lo de la más personal debe ser también porque es actor principal en la misma.
Calificación: 4 puntos. DEFICIENTE