EAT SLEEP DIE
Título original: Äta soba dö. Nacionalidad: Suecia, Montenegro, Serbia, 2012. Dirección: Gabriela Pichler. Argumento y Guión: Gabriela Pichler. Fotografía: Johan Lundborg. Color. Música: . Intérpretes: Nermina Lukac, Milan Dragisic, Jonathan Lampien, Peter Fält, Ruzica Pichler, Mikael Anderson, Nils Addo, Elin Berg. Duración: 103 minutos.
Por PACO CASADO
Es la ópera prima y su debut en el largometraje de la directora sueca Gabriela Pichler, de padre austriaco y madre bosnia, que participó en la sección de la Semana de la crítica de la Mostra de cine de Venecia en donde obtuvo el premio del público.
Come duerme muere (Eat sleep die) también se pasó en la sección oficial a concurso del Sevilla Festival de cine europeo 2012 en representación de Suecia y ganó el Giraldillo de oro a la mejor actriz (Nermina Lukac).
Fue elegida para concurrir al Oscar por su país cuya Academia del cine le dio los cuatro premios más importantes (película, dirección, actriz y guion).
Es un drama humano que critica la falta de oportunidades de trabajo para los inmigrantes frente a los locales. Igual apunta al respeto y la tolerancia que se debe tener por las costumbres y tradiciones de los que nos vienen de fuera.
La protagonista es Rasa, una joven vitalista y llena de energía, que trabaja en una fábrica empaquetando verduras, que vive con su padre, con el que tiene una relación paterno-filial ejemplar, al que mantiene, ya que está afectado de una enfermedad en la espalda, que se ocupa de la casa.
Al quedarse Rasa sin trabajo, debido a los recortes en la fábrica, el padre decide emigrar a Noruega para buscar trabajo y poder ayudar, para no sentirse mantenido por su hija.
El resto del metraje lo emplea en la búsqueda de alguna actividad por parte de Rasa, que al no tener carnet de conducir le supone un problema añadido a la falta de trabajo, debido a la crisis, sin que los sindicatos hagan nada por remediarla.
En cambio los servicios sociales se encargan de levantar el ánimo deprimido de los despedidos ayudándoles con cursos y enseñándoles la forma de encontrar empleo.
Hay una cierta crítica al racismo y la xenofobia que deviene del nombre de la protagonista, de origen extranjero, ya que nació en Montenegro, lo que también es un inconveniente para los empresarios, que no ven que darle trabajo sea políticamente correcto, ya que por otra parte ella es de religión musulmana.
Tiene la virtud de exponer la fuerza de voluntad que denota la protagonista en conseguir empleo ya que no se amilana ante los inconvenientes que surgen en su carrera.
Es por otra parte una crítica también al desempleo que no sólo se da en nuestro país sino también en la civilizada Suecia, como se apunta aquí, y la dificultad que hay para encontrarlo.
A ello contribuye el tesón de la actriz Nermina Lukac, que debuta en el cine, en incorporar un personaje de carácter fuerte, que no se arredra ante ninguno de los obstáculos que encuentra en su camino, como igualmente el cariño que siente por su padre, que prácticamente llena la pantalla; en cambio los secundarios están más difuminados y contribuyen en menor escala al logro del film.
La realización de Gabriela Pinchler, no da relieve a un relato hiperrealista que transcurre con cierta frialdad, rodado con cámara a mano en muchos momentos, algo de lo que ella misma es responsable porque también ha escrito el guion, posiblemente con datos autobiográficos, y ha hecho el montaje de esta historia.