Marta Toren, fue a ver una película suya de incógnito con una amiga. Entraron cuando las luces estaban apagadas y se dispusieron a verla. Y, sobre todo, a captar las reacciones de los espectadores. Pero fue imposible adivinar si les gustaba o no. Y a la salida dijo Marta Toren: "Dos meses de trabajo, muchas noches de no dormir pensando en si gustara o no, y ahí tienes a unas personas que lo mismo podían haber pasado la tarde en casa".