Los ya no tan jóvenes recordarán a Harold Lloyd, el cómico del cine mudo, el de las grandes gafas. Harold Lloyd fue capaz de sostenerse en unos tiempos en que estaban en lo mejor Chaplin y Keaton. Este, quizá, pueda ser su mejor elogio. Bueno, pues un día se quejaba del público y decía: - "Es desolador. tras años y años de intentar lo mejor, de hacer profundamente un trabajo, lo que más preocupa de mi a la gente es si las gafas tienen cristales o no los tienen".