El gracioso actor de cine italiano Aldo Fabrizzi, hombre de buen comer, estaba hablando con unos amigos, que tampoco eran precisamente unos desganados. Tema, la obesidad. Y uno dijo "También es una casualidad que todos nosotros tengamos tendencia a la gordura". Y Fabrizzi respondió "Yo creo que, más que una casualidad, es una consecuencia".