Como es fácil suponer, a Fred Astaire le preguntaron muchas veces qué se considera más, bailarín o actor. Una de tantas veces, allá por los años cincuenta, contestó así: "No depende de mi". "Que no depende de usted?, le espetaron, a lo que respondíó "No. Porque verán, según pasan los años no me queda más remedio que ir considerándome más actor que bailarín".