Don José Isbert, el gran actor, entró a ver una vieja película suya con unos amigos. Tenia curiosidad, pasado un tiempo, por saber qué juicio le merecía. Y estuvo sin decir ni pío durante toda la proyección. Y al salir, uno de los amigos le preguntó: "Qué?". Y el contestó: "Que se conserva mejor que yo".