El actor Robert Donat acababa de obtener un gran éxito y junto a él se sentaron amigos y compaleros en una cena de homenaje. Al final, se le pidió que hablara. Y dijo, entre otras cosas: "Si se me permite, voy a aceptar este homenaje, que no me merezco, en nombre de tantos y tantos como lo merecen y nadie se lo ofrece.