Hay gentes que preguntan por preguntar. A Ginger Rogers, la pareja de Fred Astaire en tantas películas musicales, le preguntaron muchas veces si debía su fama a su condición de bailarina más que a su calidad de actriz. Y ella estaba acostumbrada a tal pregunta y hasta tenía preparada la respuesta. Pero lo que no podía esperar era lo que le preguntaron aquel día: "Y si no hubiera sido rubia?". La Rogers sonrió y dijo: "Si no hubiera sido rubia habría tenido que contestar a la pregunta de qué habría hecho de no ser morena".