Se hablaba de cine en aquel grupo, en el que estaba el 'gordo' de la famosa pareja cómica Laurel y Hardy. Concretamente, de argumentos. Y unos decian que todo debía estar medido, calculado, antes de rodar. Y Oliver Hardy dijo: "Si, pero siempre habrá que dejar en cierta libertad al actor". "Por lo que a mí respecta, no me gustaría que me sujetasen demasiado, que me pusiesen un corsé" y soltó una carcajada.