Mischa Auer, el actor de cine, basó, desde el principio, su eficacia interpretativa en unos ojos que parecian salirsele de las órbitas. Eran los suyos unos papeles tirando a caricaturescos, servidos por un claro talento. Por ello, sin duda, alguien le dijo en una ocasión: "Usted se ha ido por lo cómico, pero ¿podría haber interpretado papeles serios, por ejemplo, Romeo?. A lo que el actor contestó: "Desde luego. Mejor que Julieta".