Los viejos aficionados al cine recordarán a Wallace Beery, un actor que se especializó en papeles de sencilla humanidad. Tuvo, con ellos, notables éxitos. Pero no le envanecieron. Un día, tras el estreno de una película, en la que interpretaba a un hombre de mediana edad, bonachón y despistado, alguien le elogió abiertamente: "Qué bien se ha metido usted en el personaje". A lo que Beery respondió: "Qué va, si yo soy así, más o menos. Estaba dentro".